viernes, 21 de diciembre de 2007

Juguetes divinos


Queridos hermanos, ya se ve la entrañable navidad, con su carga de amor y paz. Época de cenas y regalos, sobre todo para los pequeños de la casa, que repasarán cien veces su carta a los Reyes Magos o Papá Noé, no sea que se les olvide algo. Pero el buen cristiano nunca bajará la guardia, que la tentación acecha tras cualquier esquina, y hay que velar para que los juguetes que reciban nuestros niños sirvan para acrisolar su fe.

Por suerte, en los USA acaba de salir una línea de “Juguetes bendecidos”, con personajes de las sagradas escrituras para solaz de los infantes, y que mientras jueguen aprendan episodios bíblicos que les sirvan de provecho, dejando de lado esos muñecos ultraviolentos y sexuados que intentan meterles por la televisión.

El problema es que no hay una gran oferta entre la que elegir, así que nos atrevemos a sugerir unos cuantos modelos que podían tener su interés.

Kit “Salvado de las aguas”: muñequito Moisés, con su canastilla y su canesú, hija del faraón recogiéndolo del río y lote de esclavos para dar color. Los niños aprenderán a sobrevivir en condiciones adversas y a confiar en la voluntad divina.

Sansón, con melena hasta el culo para que las niñas aprendan a pelucar y sean mujeres de provecho el día de mañana. Gracias al héroe hebreo sabrán cardar, rizar, dar mechas o recogidos de fantasía para bodas y comuniones.

Exin Babel: el famoso juego de construcción de castillos, pero ahora para montar la famosa torre que intentaba desafiar los cielos. Por supuesto, sin que los niños lo sepan, no vendrán todos los bloques necesarios para acabarla, para que sepan lo que es retar al que vive en lo alto. Las instrucciones vendrán en doce idiomas, a cada cual más raro.

Job Toy: muñeco del paciente santo hecho de materia elástica y moldeable, y tirar, estrujar, apretar y retorcer todos sus miembros, mientras la cabeza, de inamovible metacrilato, sigue manteniendo beatífica la expresión. Ideal para inculcar la resignación y la paciencia.

Kit Marineritos somos: barca de pesca típica del lago Genesaret, con Pedro y cuatro apóstoles más de tripulación y una red para pescar almas. Nada de regalar esos satánicos barcos piratas. Con él aprenderán la dura tarea del apostolado y la predicación, tan necesaria en estos tiempos de tribulación.

Más se nos quedan en el tintero, como dioramas del calvario, video juegos con la lapidación de San Andrés o el achicharramiento de S. Lorenzo. La destrucción de Sodoma y Gomorra o el degüello de todos los primogénitos de Egipto por la justa cólera de Yahvé servirán a nuestros niños para utilizar la violencia solo en casos de fuerza mayor. En fin, por el juego hacía Dios.

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