lunes, 22 de junio de 2015

Al paraíso






En aplicación de la legalidad vigente y ante los insistentes apremios de la autoridad gubernativa para que nos pleguemos a las directrices emanadas de la reciente directiva europea sobre ocio y asueto de blogueros, nos vemos en la triste obligación de tomarnos un periodo de descanso o sufrir acciones punitivas que repercutirían sobre nuestra economía.

Es por ello que nos retiraremos este verano a algún paraíso fiscal a hacer lo que se supone que se hace en semejantes lugares, blanquear las ingentes cantidades de dinero generadas por Repámpanos, intentando diversificar nuestro negocio en campos tan prometedores como el de los drones repartidores de empanadas o un documental sobre los entresijos de los trajes de lagarterana.

Para despedirnos por todo lo alto les dejamos con los Jinetes en el cielo de Raphael. Muchas gracias por estar ahí y hasta septiembre.

lunes, 15 de junio de 2015

Amancio Prada



Difícil resulta encontrar parangón en la trayectoria artística de Amancio Prada, juglar a lo divino, trovador profano, inagotable fuente de belleza. En un mundo que vive de espaldas a sí mismo, solo voces abrasadas en el lirismo como la suya nos acercan a la olvidada verdad. 
Decía Amancio Prada en uno de sus conciertos que su secreto consistía en saber extraer la música que se escondía entre los versos, en hacer real la melodía secreta que se destila en un poema. Un recorrido por su discografía nos muestra la amplitud de su obra, desde las antiguas cantigas galaico portuguesas hasta las de Álvaro Cunqueiro, los romances tradicionales o el divino Cántico Espiritual. Grandes discos con  sonetos de Lorca, poemas de Carmen Martín Gaite, o Juan Carlos Mestre entre otros, donde el milagro de su música alza esos poemas hasta el cielo de lo sublime. Aquí lo tenemos interpretando Tú cuya mano, poema de Agustín García Calvo que hace poco se fue, dejándonos un poco más huérfanos. 
Vaya este humilde homenaje en agradecimiento al deleite ofrecido por sus canciones, permanente fuente de belleza.





lunes, 8 de junio de 2015

Lista negra

bandera negra

Las aportaciones del mundo islámico a la civilización universal son tantas que abruman. Los seguidores del profeta han llevado el amor al prójimo a un nuevo nivel, dando matarile a diestro y siniestro solo para que gocen de las venturas del paraíso. En pleno siglo XXI, en un alarde de modernidad, han instaurado la entrañable forma de estado del califato, sistema político en el que los súbditos no pasan de ser ganado al que degollar, vender o lo que la providencia divina disponga. 
En lo militar también presumen de nuevas tácticas, poco sutiles pero contundentes. Se trata de los mártires, hombres, mujeres o niños bomba, que se forran de explosivos y vuelan por los aires siempre en lugares muy concurridos, que lo de explotar en soledad no lo contempla el Corán. La acción directa te lleva disparado  al paraíso, por lo que iluminados de todo el mundo acuden al califato a reventar por la causa. Es tal la avalancha de mártires que han tenido que elaborar una lista de espera para masacrar. Pero como ocurre en tantos estados árabes, la equidad de los funcionarios dista de ser ejemplar. Un yihadista británico se quejó hace poco de los favoritismos e irregularidades que se ven en la lista del martirio. En vez de respetar el riguroso orden de llegada o los méritos logrados en anteriores escabechinas, muchos ascienden en la lista a base de enchufismo. Familiares de los imanes o de los jerarcas del régimen copan las primeras posiciones mientras el suicida de a pie contempla impotente cómo le adelantan en su carrera al paraíso. 
El asunto no es baladí pues plantea un espinoso problema teológico. El mártir que abusando de sus contactos se inmole ninguneándo a sus compañeros, gozará en el paraíso de las setenta y dos huríes que le tocan por barba, o como castigo solo desvirgará a la mitad. O puede que por pasarse de listo acabe en el paraíso cristiano, sitio aburrido donde lo haya. 
Lo que está claro es que hay que tener amigos hasta en el infierno, y el que tiene padrinos explota, y el que no a la cola. Aconsejamos al califa que tome cartas en el asunto antes de que el problema le estalle entre las manos,  algo que nunca nos perdonaríamos.

lunes, 1 de junio de 2015

Caro filtro

amores filtrados
En el mundo del balón pie hay gente con la mano muy larga. Dejaremos de lado el conglomerado mafioso de la FIFA o las piruetas contables del Barça porque tantos ceros a derecha e izquierda nos marean,  y hablemos  del antiguo presidente del Castellón,  José Luis Laparra, que tras dejar al club de sus amores con el culo al aire ha continuado con sus chuscas  actividades hasta acabar con sus huesos en prisión,  esta vez por un  supuesto filtro de amor infalible.
En el planeta fútbol no todos tienen la mirada pícara de Messi o las hechuras de chulopiscinas de Ronaldo. Los hay del montón como Laparra, enamorado y no correspondido. Así que contrató los servicios de una pitonisa que le preparó una pócima de amor.  Tenía que lavarse con un agua que había estado cuarenta días con unas flores dentro y luego frotarse el cuerpo con tierra de un cementerio para que la ingrata bebiera los vientos por él, o al menos suspirar de vez en cuando por el directivo. La celestina le endosó una factura de 165 mil euros por sus servicios.
Pero pasó lo que tantas veces, no se sabe si no se frotó bien el sobaco con la tierra del cementerio o no se mojó detrás de la oreja con el agua milagrosa,  el caso es que la ingrata por la penaba siguió pasando del expresi como de pisar mierda.
En esto de los filtros de amor nosotros siempre hemos optado por dejar macerar una braga de la interesada un mes en agua de borrajas,  que no hay nada que motive más a las chicas que les pidan prestada ropa interior para hacer guarradas. Pero se ve que el amigo José Luis es nuevo en tales menesteres y con las prisas del enamoramiento se dejó engañar. El caso es que mosqueado se presentó con cuatro colegas,  todos con las caras tapadas,  en el domicilio de la bruja dispuesto a recuperar la talegada  que había pagado. Mientras el padre les daba largas en el salón, la hechicera, que no tenía a mano ningún conjuro ni maldición con los que ahuyentar a los allanadores de moradas, se metió bajo la cama para llamar a la guardia civil,  que personados en el lugar se los llevaron a todos palante.
Laparra ha aceptado una condena de seis meses de trullo por subirse a la parra e intentar tomarse la justicia por su mano,  además de una pequeña multa. Eso sí,  ha jurado que él invirtió el dinero en el negocio de videncia  de la pitonisa,  no en ningún filtro. “Que haya pagado 165 mil euros por amor es una barbaridad” ha declarado.  Y le creemos,  que en cualquier puti le harían mejor precio.