Uno
de los elementos que más nos acerca a lo sobrenatural, al misterio insondable
de la divinidad, es una buena rabadilla de santo, o cualquier otro resto de
esos seres que lo dieron todo por el Altísimo y a cambio nos dejaron sus
harapos mortales para que los veneráramos. Gracias a las nuevas tecnologías,
hoy podrá tener en su casa una colección de réplicas exactas de las más
afamadas reliquias de santos con las que defenderse de las maquinaciones del
maligno, buscar la intercesión de tanto recto varón y casta hembra que puebla
el santoral, y por qué no, ser el centro de atención de sus familiares y
amigos.
Con
nuestro coleccionable usted gozará de la protección de la teta incorrupta de
Santa Olalla, que ahuyenta cualquier atisbo libidinoso, o del colmillo
retorcido de San Crodegango, infalible contra el mal de ojo. También encontrará
piezas de gran valor simbólico, como un fragmento de la túnica de los domingos
de San Pablo, o el sacapuntas del Beato de Liébana. Busque amparo bajo el
frenillo liofilizado de San Onesiforo, ejercite su carácter con el cinturón de
castidad de Santa Tecla.
No
deje pasar esta oportunidad única. Como oferta de lanzamiento, una auténtica
astilla de la cruz de nuestro señor (¡rechace imitaciones!) además del primer
lote de productos para que haga usted mismo la genuina casulla pluvial de San
Epafrofito, santo y obispo. Y recuerde, todos aquellos que completen esta
colección obtendrán una bula con indulgencia plenaria firmada por nuestro
amantísimo Rouco Varela.