El orgasmo como principal pasatiempo sería el
sueño húmedo de muchos. Los pocos que alcanzan tan dulce meta acaban aburridos
de él, que hasta lo bueno en demasía cansa. Por eso lo mejor es aprovechar el
acto para que la satisfacción sea completa, bien en horizontal, bien en vertical.
Nada más excitante que intentar adivinar la planta cucurbitácea de doce letras
contigua al nombre cirílico de Sebastopol mientras el placer recorre tu cuerpo,
jadear entre yunques de platero y la patria chica de Abraham, para llegar al
orgasmo con la sacrosanta sílaba hindú en los labios, de placer llena y con el
crucigrama sin casillas vacías.
Que la gente está muy mal no es ninguna novedad, pero además
los hay que están fatal. Tanto, que ya no hay recurso humano que les avíe y
echan mano de animales. Hasta ahora existían mascotas utilizadas como apoyo
emocional para personas con discapacidades, más o menos el perro lazarillo de
toda la vida. Pero en la desquiciada sociedad que nos ha caído en suerte se
necesitan animales para toda suerte de situaciones que algunos humanos no son
capaces de manejar. Hace poco United Airlines prohibió subir al avión a una
pasajera que llevaba al hombro un pavo real. No sabemos si el pajarraco le fue
prescrito para superar la timidez o si pavonearse con él subiría su autoestima,
pero para subirse al avión no le sirvió. Le recomendamos a la buena mujer que
la próxima vez pruebe a embarcar con un buen altavoz del que salga a todo trapo
Pavo Real de El Puma, clásico que abre cualquier puerta.
Otro caso parecido acabó en tragedia. Esta vez la compañía Spirit Airlines le dijo
a una viajera que no aceptaban roedores a bordo, y la pobre mujer no sabía qué
hacer con su hámster, animal que colmaba lagunas vitales muy difíciles de
satisfacer por otros medios. Al final optó por el camino del medio, echó al hámster
por el retrete y tiró de la cadena, no sin gran dolor de corazón. Las secuelas
psicológicas de semejante drama están por tasar, pero no es descabellado pensar
en una demanda millonaria a la compañía que la empujó a semejante magnicidio.
En casos como este, ni el mismísimo Puma puede hacer nada.
Como ven, el apoyo emocional animal es un problema de altos
vuelos, pero aun podría ser peor. El transporte por excelencia de Arabia Saudí
es el camello, hasta el punto de celebrar el concurso de Miss Camello, certamen
en el que eligen el animal más bello de la península. Este año saltó el
escándalo al saberse que a varios de los participantes les habían inyectado botox
para realzar sus labios y narices, siendo eliminados sin contemplaciones.
Sabido es que los seguidores de Alá tienen almas recias, pero en caso de que un
beduino necesitara apoyo emocional echaría mano de su camello sin lugar a duda.
Y como se decida a viajar con él puede haber más de un problema en el
aeropuerto. Impagable la escena del camello y su dueño en clase business
mientras suena Que un negro con una negra
es como noche sin luna, chevere, chevere, pavo real, pavo real. Porque para
apoyo emocional y lo que se tercie, el Puma se sobra.