lunes, 19 de abril de 2021

Follamigos

follamigos

 

Una de las grandes conquistas sociales de nuestro tiempo es la del follamigos, anteriormente conocido como amigos con derecho a roce, pero ahora más asentado en el imaginario colectivo. Básicamente consiste en tener trato carnal sin complicaciones sentimentales con un o una conocida, manera cómoda de aliviar tensiones sexuales. Repámpanos es un blog con una clara voluntad de servicio público y un impúdico gusto por la ingeniería social. Desde aquí queremos proponer nuevas combinaciones folloneras que sirvan de válvula de escape a contradicciones estructurales y aumente la cohesión social.

Follajefes: una vieja aspiración de la clase trabajadora. Interactuar con la jefatura en el mismo plano lleva la lucha de clases a un nuevo nivel. Gozar en pie de igualdad con el empresario es un paso más hacia la justicia social, y hará más llevaderas las áridas negociaciones de los convenios colectivos.

Follasuegras: la madre política, la bestia negra, es en realidad un alma incomprendida en busca de cariño. Un buen revolcón con la suegra es garantía de años de paz familiar. Comer tranquilo todos los años el turrón bien merece un esfuerzo.

Follavecinos: la propiedad vertical ofrece muchas posibilidades de gozar en horizontal, desde un polvo conejero en el descansillo, felaciones en el ascensor o juntas de vecinos para ver quien se cepilla al gestor de fincas. La generalización de estas prácticas incidiría en la concordia vecinal, básica para mantener la cordura.

Follaediles: los ponemos como ejemplo por ser los políticos más accesibles, pero valen también los senadores por Murcia o los presidentes de mancomunidad. La mejor manera de saber lo que quiere el pueblo es que te lo susurren en la intimidad, y si se les olvida se lo tatúas en el culo.

Follaruners: esos cagaprisas vestidos de fosforito que corretean por calles y parques como si tuvieran el baile de San Vito son unos mal follados. Un polvo a tiempo evita que se coman el polvo de caminos y veredas. Hay que enseñarles a trotar a cuatro patas y se les quita la tontería.

Follainfluencers: son seres etéreos, difíciles de ver en persona, hay que usar las redes sociales para llamar su atención. Les cuentas que te lo quieres montar con ellos en los wáteres del Primavera Sound o que duermes con camisetas oversized de Shin Chan y acudirán prestos. Tras aliviar tensiones no tendrán problema en salir en Insta con niquis del Primark comiendo bacatas de cabeza de jabalí.

Follalolailos: el flamenquito flojo es una plaga que hace tiempo se extiende fuera de Andalucía. La mejor manera de atajar el quejío cansino es con una buena coyunda, que mientras gozan no dan por culo, y todos saldremos ganando.

lunes, 12 de abril de 2021

Perra

        

Cuando salimos del confinamiento Rigoberta Bandini nos regaló un tema donde celebraba el poder recuperar las pequeñas cosas de la vida, tal que los magnum almendrados o los abrazos a las cabras. Hoy traemos su última canción, con el provocador título de Perra. La nueva diva emergente nos regala un himno feminista y bailable, que se vea que se pude mover el esqueleto sin renunciar a letras de enjundia. Esta perra vida nos sigue dando alegrías.

lunes, 5 de abril de 2021

Críticos


 

Casanova y los críticos
                                                                      Giacomo C Dufaux 


Las discrepancias entre los autores y la crítica vienen de antiguo. Muchos críticos son creadores frustrados y rencorosos, incapaces de inventarse ni un pie de foto siquiera. Autores haylos que no aceptan ni que una de sus comas pudiera estar mal puesta. Con tipos así, el choque de egos puede ser apocalíptico. En otras épocas disputas de tal calaña se arreglaban a las bravas. Nada como una buena estocada para cerrarle la boca para siempre a un crítico impertinente. Porque como bien apunta Casanova, un poema defendido a punta de espada por fuerza debe ser bueno. O al menos, delante del autor conviene actuar como si lo fuera.