lunes, 30 de enero de 2012

Aniversario de Flor de Pasión






Parece mentira, pero un programa tan luminoso como Flor de Pasión nació bajo la cenicienta luz de enero, hace tanto que es mejor no echar la cuenta. Tanto la sintonía, con Paul Mauriat interpretando a  Gainsbourg, como el Celentano cerrando el programa, forman parte de la banda sonora de nuestra vida. En medio, Juan de Pablos, cercano y entrañable, administrando su buen gusto musical para deleite de sus pocos pero rendidos fans.
Queremos celebrar el aniversario de Flor de Pasión con un video de unos habituales del programa, los incombustibles Runaway Lovers, con Santi Delgado al frente. Ellos son los reyes indiscutibles de géneros tan difíciles como el twist carcelario, el duduá de frenopático  o el surf de secano, además de rendir pleitesía a iconos pop como Johnny Ramone, Jonatahan Richman o Jose Luis López Vázquez. Aquí le dedican un tema a su mentor y guía espiritual, que aprovechamos nosotros para desear a Flor de Pasión otros tantos años pinchando melodías de ayer y hoy. Y todo, como dirían los Runaway, solo por amor al rock and roll.

lunes, 23 de enero de 2012

El final del túnel



-Joder tío qué fuerte, menuda movida. Es que cuando te lo cuente flipas. Ya creía que de ésta entregaba la cuchara, me cago en lo más barrido, por un pelo me ha quedado. La ostia menudo marrón, a poco más palmo, pero al final un piñazo y punto, una semana más en el hospital y para casa, me cago en todo lo que se menea, vaya viaje tío, menuda rayada. Y todo por culpa de esa ostiada de la tele, quien me mandaría a mi dejar la play para ver el puto documental ese, que por algo dicen que no echan más que morralla por la caja tonta, y es que es verdad.
Pues que tienes el típico día chorra y te quedas pillado con un programa de peña que está a punto de palmar pero al final nada. Y contaban que cuando estaban a punto de diñarla, flipa, creían que iban por un túnel súper largo y que al final veían una luz blanca, y que si llegaban hasta allí caput, es que estaban palmera. Me lo vi mientras me fumaba un may y punto, ni me volví a acordar de ese rollo.
El caso es que llegó el finde y yo andaba con más ganas de marcha que el Van Diesel de repartir toñejas. Toda la semana de culo en el curro, y me dije este finde a saco Paco que son dos días. Así que pillé a la churri el viernes a la tarde y a todo trapo. Fuimos a pillar tema, dimos un voltio por el centro comercial, y rulando con el buga de aquí para allá. Menudo polvazo le eché a la Eva en el mirador. Estuvimos en la lonja del Sebas y compañía que se habían agenciado un plasma superguapo viendo una peli de las viejas del coletas éste, el Segal, qué bien trabaja el tío. Luego nos fuimos a la bocatería y nos pusimos como cerdos, y después quemamos todos los afters, los chapamos todos. Menuda fiestuki colega, allí dándolo todo. Tenías que ver a la Eva en lo alto del pódium con su mini enseñando tanga y ahí toda la peña babeando. ¡La caña tío! ¡La reina de la pista! Fuimos los colegas a la campa detrás del cementerio a seguir dándole tralla al body, menuda rave nos curramos, quemando las  etapas de potencia de los bugas, seguro que hasta los fiambres bailaban en los nichos.
Ya el sábado a la tarde nos lo hicimos de tranqui, una peli moña de las que le gustan a la churri, una hamburguesita en el Burger King y tal, pero luego otra vez  caña, caña que todavía quedaba mucho finde. Pillamos al Dioni un cristal de puta madre y algo de farlopa, pero sin pasarse, que ya sabes que yo controlo. Estuvimos rulando por ahí, fuimos hasta donde el Charly para pasarle por el morro el nuevo alerón que le he puesto al buga, vacilamos un poco en el centro con los pijos y los puretillas, ya sabes, lo de siempre.
Ya ni sé la hora que sería, pero poco faltaría para que Lorenzo asomara el morro, cuando la Eva y yo empezamos a quedarnos apalancados, y le dije vamos para el garito de la playa a ver si espabilamos. Así que tiro con la máquina para la autopista y todo de fruta madre hasta que llegamos al túnel. Te juro que yo iba de normal, pero nada más meterme en el túnel de la ostia me entró la paranoia y me viene todo el rollo del documental, tío, y es que parecía que el de la tele y ese eran el mismo. Dos filas de luces en el techo y todo lo demás más negro que la chupa de un heavy. Me quedé flipado tío. Estaba en el túnel ese que ve la gente cuando va a palmar. Yo iba a toda leche con el buga pero el mal rollo me iba subiendo Ya sabes que el túnel comienza en curva y luego va enderezando. Cuando vi la salida, toda iluminada, me dije joder tío que marrón, que como pase no vuelvo.
Te juro que no era el morao, tío, que ya sabes que me gusta ponerme pero yo controlo. Me dio el punto, colega, si paso palmo fijo, si paso palmo fijo, y el buga a tope y la salida que se acercaba. ¡Vaya marrón tío! Que yo no soy un cagado pero con esas cosas no se juega, que yo sé cuando hay que parar. Cuando estaba ya para salir, clavo el freno hasta el fondo, media rueda me habré dejado en el frenazo. Dice el Kuki que frenar es de cobardes pero no me importa. Lo que pasa es que los julais que iban detrás iban a su puta bola y  me dieron. ¡Es que le dan el carnet a cualquier empanado, joder!  Perdí el control y el coche se me fue contra la pared lateral.  Aún con los ostiones de los de atrás, antes de que se me fuera la olla pude ver que no había salido del túnel. Ya sé que me vas a decir que era una puta paranoia mía, pero en ese momento me dio el punto de que si salía del túnel era palmera. Y al final he tenido potra porque con el dinero del seguro voy a maquear el buga que vais a flipar. Lo único es que todavía no he visto a la Eva, no sé si tendrá algún chichón o algo. ¿Tú sabes algo?
-Bueno, sí, tío, sabes… ella no llevaba cinto… salió disparada por la luna del coche. No tuvo tanta suerte como tú. Se partió el cráneo contra el asfalto. Murió al otro lado del túnel.

lunes, 16 de enero de 2012

Borrachos 2.0


Si hay algo que está de moda, eso son la redes sociales. Todo aquel que quiera ser alguien tiene que estar dado de alta en alguna, y si es en todas mejor. Una nueva forma de comunicación ha llegado para quedarse. Ya no hace falta el contacto personal, con acceder a un espacio web donde te dicen cómo eres basta. Los colegas van pasando por allí y van comentando lo que les parece. El problema puede aparecer cuando aparte de tus amigos de verdad invitas a todo quisque. Suele darse que los individuos con menos roce con sus semejantes disponen de miles de amigos en Facebook y que frikis hace tiempo expulsados del cuerpo social dan cédulas de ciudadanía en el espacio virtual. Y si a esto sumamos que hay países en los que lo de socializar lo tienen difícil, pasa lo que pasa.
Según un reciente estudio, tres de cada cuatro fotos de Facebook en Inglaterra son etiquetadas como "borrachos". No sabemos si es la mala leche de los supuestos amigos, o que la proverbial timidez de los isleños solo les permite relacionarse cuando van a cuatro patas.
Tradicionalmente, los ingleses han pasado más tiempo en el pub que en el job. Una de las fases de la cogorza, la exaltación de la amistad, parece que es la elegida para inmortalizarse en las redes sociales. Ya se sabe, toca la campana en el bar, te metes tres pintas a la carrera y sales cantando el god save the queen. Luego, algún listillo, a lo tonto, con un teléfono inteligente te saca una foto mientras intentas follarte a una farola, y antes de que llegues a casa ya se ha enterado toda la Commonwealth de la tajada que llevabas.
Muchos que se preguntaban para qué sirven las redes sociales aquí tienen la respuesta: retratan una sociedad. Y en el caso de la inglesa, lo que pasa es que la sociedad está borracha, está borracha, está borracha, lo que tampoco nos ha pillado por sorpresa.

lunes, 9 de enero de 2012

Paquirrín camina hacia la cima

Si algo nos ha dejado el año que se fue es la confirmación de Paquirrín. Ya adelantábamos hace tiempo que su figura estaba llamada a ser uno de los paradigmas del siglo XXI. Algo lógico, vistos los mimbres: un Adán por su elegancia, un Sancho Panza por su perfil y un Carlos V por su gota; la combinación perfecta para triunfar.
Muchos que creían que los estirados de los hermanastros tenían más duende que él ahora callan. No es lo mismo lo que hace Fran, vender vicerois, que dar la réplica a Santiago Segura. No es lo mismo hacer de percha de versace como Cayetano que codearse con primeros espadas como Jorge Javier Vázquez. Porque Paquirrín lo mismo se bate el cobre en una isla perdida, parándole los pies a abominaciones como Aida Nizar, que coprotagoniza un taquillazo. Lo mismo da las campanadas con su mamá que da el campanazo al liarse con un pivonazo.
Porque como siempre, Paquirrín marca tendencia en el amor. Hace tiempo que dejó atrás su etapa de tetonas para buscar mujeres con más contenido. Dejó de hurgar en los arrabales para tratar con chicas cultivadas. Fruto de esa reflexión profunda es su relación con La Yesi, Jessica Bueno en la pila bautismal, con la que por fin conoció el amor de verdad, aunque fugaz, como suelen ser los grandes amores.
Antológica la portada de Hola,  el BOE rosa, con el notición. Terremoto en el planeta couché: la Yesi preñada, el Paquirrín  sienta cabeza, y la Panto que por fin iba a ser abuela. Ni los más cotillas del lugar recuerdan tanto meneo. Todo iba a ser  alegría y felicidad para esa pareja tan a contracorriente. Pero el fatum quiso que la Yesi perdiera el ansiado churumbel. Y después la ruptura, la soledad, la vuelta a empezar. Menos mal que le quedaba el dinero de la exclusiva para consolarse. Toda una historia de amor en seis meses, pero que se recordará durante años. Este es el ars amandi del nuevo siglo, folla deprisa y deja una bonita exclusiva. Paquirrín sabe cómo  vivir intensamente, y lo demás son milongas.
Pero no acaba aquí su contribución a la modernidad. Gracias a él hemos conseguido olvidar por fin las rancias capas de Ramón García y a la plasticosa de la Igartiburu en Nochevieja. Con Paquirrín se acerca una nueva edad de oro del cine español en la que ocupará el vacío dejado por Fernando Esteso, y las salas se llenarán de chonis partiéndose el chocho con sus comedias casposas.  Dará una nueva vuelta de tuerca al concepto de reality, encerrando en la sede de alguna cofradía de la semana santa malagueña un rebaño de pechugonas con un tercio de la legión. Porque este hombre no ha hecho más que empezar, y por mucho que haya algún desaborío  que no lo aguante, tiene un arte que no se puede aguantar.