miércoles, 30 de marzo de 2016

Broma diplomática

bromistas
Volviendo sobre el asunto del espionaje, en tiempos de la guerra fría la CIA y la KGB libraban una soterrada lucha para mangonear el mundo del que el común de los mortales poco sabíamos. A lo que parece, los defensores del mundo libre, que pasaban por ser los de la CIA, eran amigos de la tecnología, utilizando satélites espías que fotografiaban hasta las caries del camarada conserje del presídium del soviet supremo, o instalaban micrófonos en los dobladillos del pantalón del agregado cultural de la embajada búlgara. Los del KGB trabajaban más el rollo psicológico, comiéndole el tarro al científico de turno, minando la moral de algún pequeño burgués para que trabajara por la causa del proletariado, o haciendo férreos marcajes a todo el que intentara atacar el paraíso socialista.

Ahora que las guerras han pasados de frías a templadas los métodos en esencia siguen siendo parecidos, pero con alardes tecnológicos. El FBI se dedica a destripar iphones de terroristas o a pilotar drones en busca de yihadistas que poner en órbita. Los herederos del KGB siguen con sus guerras psicológicas, pero con más desparpajo. Por lo que se cuenta, los servicios secretos rusos facilitan los números de teléfono a Vovan y Lexus, dos gamberros dedicados a las bromas telefónicas, para que metan caña a los enemigos de Putin. Aprovechando el rifi rafe de Crimea empezaron llamando a las autoridades ucranianas, y se han venido arriba. Hace poco contactaron con el presidente turco Erdogan haciéndose pasar por su homónimo ucraniano Poroshenko, tirándole de la lengua para que despotricara contra la arrogante Rusia. En otro de sus lances llamaron a Elton John, que creyó hablar con el mismísimo Putin, que le ofrecía audiencia para tratar cualquier asunto que el artista truchón tuviera a bien exponerle al mandamás de todas las Rusias. Sir Elton se felicitaba de la sensibilidad de la administración rusa para con ciertas minorías hasta que se enteró de que se la habían metido doblada. Se sospecha que la próxima trastada de este par de dos será llamar a Belén Esteban haciéndose pasar por Toño Sanchís, que le propondrá a nuestra aguerrida primera dama ir a Raqa a promocionar una empresa de churros congelados con los que los yihadistas abandonarán las armas por los placeres de la buena mesa.

Convendrán que en esto del espionaje pop los rusos van ganando por goleada a los estreñidos yanquis, pero con la llegada a la casa blanca de Donald Trump puede que se recupere el equilibrio.

domingo, 20 de marzo de 2016

Pomona (y VI)



Si en algo estaba de acuerdo el atribulado sir Watkyn en todo lo que había oído hasta ahora era en la posibilidad de que en el futuro no volviera a coincidir con el primo McMahon bajo ninguna circunstancia. Por lo demás, por mucho que intentaba hacer memoria no conseguía entender de qué manera había caído en la insensatez de prometerse a aquella mujer de armas tomar. Verdad era que siempre había admirado en Pomona su determinación y su marcado espíritu artístico, además de su generosa delantera, no en vano entre los muchachos solían hablar de Big Bingo y de su hermana Big-Big Pomona; pero todo ello le parecían unos cimientos poco solidos sobre los que construir un compromiso formal. Pero ciertas imágenes inconexas se revolvieron en el fondo de su mente: él de rodillas tras un sofá sosteniendo la nívea mano de Pomona, palabras ardientes dichas con la mano en el corazón, su mano que sin saber por qué buscaba las rotundas tetas de Big-Big, la mano de Pomona soltándole un sonoro sopapo. Decididamente, sir Watkyn concluyó que la situación se la había ido de las manos.

 -Bien sé que siempre has andado tras de mí, darling, y que tus visitas a nuestra casa no eran para escuchar las fantasías filatélicas de mi hermano sino porque bebías los vientos por mí. Como dice el clásico In vino veritas, tenía que esperar a que te emborracharas más de lo habitual para que te me declararas. Pero una vez que has dado el primer paso, darling, lo demás corre de mi cuenta.

La capacidad analítica de Cheesepound estaba algo alterada por el torrente de acontecimientos que se agolpaban en las últimas horas, pero en lo más íntimo de su ser comprendió que de ahora en adelante su vida correría por cuenta de Pomona.

-Visto que te has empeñado en aguar nuestro desayuno, será mejor que quedemos esta tarde. Supongo que apuntarías en tu agenda que hoy a las cinco presento en Garden Galery mi nueva colección de pamelas, y por supuesto tu presencia es inexcusable.

Como única respuesta el gaznate de Cheesepound hizo un movimiento reflejo, tragando toda la saliva generada por aquella irresistible invitación. Segura de sí misma, Pomona giró sobre sus talones y abandonó la habitación sin esperar respuesta. Kingsoup, que desde la puerta había presenciado la entrañable escena de los recién prometidos, saludó a la señorita Twistleton con un leve movimiento de cabeza. Una vez solos, se acercó cautamente a la cama en la que yacía su señor y le preguntó:

- ¿El cianuro lo prefiere con té o con leche?

-Lo dejo a su criterio.

jueves, 10 de marzo de 2016

Pomona (V)

Y antes de que pudiera hacer alguna pregunta para recabar más datos entró la hermana de Big Bingo a la habitación que a aquella hora parecía más transitada que Trafalgar Square.

- ¿Darling, no sabes que es de mal gusto hacer esperar a una dama, y más cuando ésta es tu prometida?

Sir Watkyn era un firme defensor de la educación moderna y tenía en gran estima la independencia y autonomía de la mujer, pero cuando una de ellas se le presentaba en casa sin previo aviso mientras era presa de una resaca monumental era el momento de poner ciertos límites. Aun así, todo esto quedó postergado cuando el quebradizo intelecto del postrado asimiló el término” prometida”. Como vocal suplente que fuera del club de oratoria de Cambridge, donde su agilidad dialéctica dejó a más de uno con la boca abierta, rápidamente armó un artefacto lógico en forma de interpelación inquisitiva y contenido asertivo destinado a clarificar el campo semántico en el que se movían:

- ¿Prometida?

- ¿Acaso no recuerdas que habíamos quedado en el Palace para desayunar?

La esgrima dialéctica no tenía secretos para Cheesepound, que rápidamente soltó una réplica contundente:

- ¿Palace?

- ¿Quieres que te recuerde que ayer accedí a ser tu prometida a cambio de que abandones esa vida de soltero crápula que llevas?

Desde luego, sus dotes argumentativas no surtían efecto ante un rival de la envergadura de Pomona, por lo que se decidió por un ataque directo:

-¿…?

-Darling, si quieres que lo nuestro funcione deberás poner un poco de tu parte, y ciertamente, darme plantón en nuestra primera cita no es la mejor manera de empezar. Comprenderás que llamara a mi primo McMahon y a sus chicos del cuarto regimiento de gaiteros bengalís para que te despertaran. Espero que en lo sucesivo no tenga que volver a recurrir a sus servicios.