jueves, 30 de junio de 2016

Vacaciones

desierto
Como todos los años por estas fechas, los primeros calores del verano nos invitan a cambiar de aires, a buscar nuevos horizontes, nuevos retos como la plusmarca mundial de resistencia en tumbona, estudios comparados sobre el tinto de verano o la búsqueda de vida inteligente en las inmediaciones de los chiringuitos de playa.
 Pero no todo será dolce far niente, que nuestras inquietudes artísticas no nos dejan parar. Estamos organizando una banda tributo a Bertín Osborne, referente del iberpop carca que te cagas pero perfectamente exportable. Si nuestro mánager no nos engaña, haremos una gira por las incontables peñas del Real Betis Balompié que se encuentran repartidas por Siria e Irak. Sabida es la monotonía que asola aquellas regiones, así que las sentidas tonadillas de nuestro espectáculo se convertirán en explosiones de alegría que unirán a gentes de toda creencia y condición bajo la alargada sombra de Bertín.
Si no hay contratiempos en esta magna gira, en septiembre volveremos a las andadas. Como siempre, feliz verano a todos y gracias por estar ahí.

lunes, 20 de junio de 2016

Peligro móvil

peligro móvil



En estos tiempos modernos que nos toca vivir hay un tótem que todos adoramos. No es el corazón de Jesús ni el libro del profeta, sino los teléfonos inteligentes, artilugios que nos tienen sorbido el seso hasta el punto de utilizarlos en cualquier lugar. Porque los hay que los usan en situaciones adecuadas, como el sofá o el trabajo, pero también en sitios más comprometidos. Ir al servicio, chequear el móvil y que acabe retrete abajo, ese iphone dorado en materia fecal rebozado, es un pequeño drama cotidiano. O el que sube fotos a Instagram y tiene que bajar del bus en un descampado pues se ha pasado seis pueblos. Pero los que ejercen de peatones embobados en la pantallita son los más peligrosos.
Va sin mirar lo que pasa a su alrededor, chateando con una churri a ver si moja el churro y acaba metiendo el pie en un charco. O dándole al me gusta en Facebook a la nueva línea de Tena Lady y un perro le mea la pernera. Cuántos van en éxtasis escuchando el nuevo dueto de Malú y Alborán y en un acto de justicia poética les cae encima el cartel de la nueva gira de la Sinfónica de Bielorrusia. El militante que deambula por la acera reenviando todos los tuits de Nuevas Generaciones de Majadahonda y es succionado por la máquina barredora del ayuntamiento. Qué decir del que tras el vigésimo visionado del salchipapa de Leticia Sabater es abducido por un comando de perreo sideral y obligado a restregar el paquete en el contenedor de residuos orgánicos. O el clásico jugón disparando pajarracos en el Angry Bird mientras cruza la calle a lo loco y sale disparado al colisionar con el repartidor de UPS.
Todo esto y más puede ocurrirle a uno por ir por la calle sin estar a lo que hay que estar. Los nórdicos, desde la moda móvil más ensimismados todavía, hace tiempo que han visto el peligro. Ahora en Estocolmo han colocado una nueva señal, que ya es oficial, que informa de “peligro, peatones usando el móvil”, para que los conductores, si no están consultando el GPS, no se los lleven por delante.
Se nos antoja una medida anticuada. Lo propio de estos tiempos sería una aplicación de realidad aumentada que advierta al usuario móvil de los peligros que le acechan en la vía pública. Para darle más emoción, sumaría puntos a medida que va esquivando bolardos, borrachos o camiones de basura. Si llega sano y salvo a su destino, asciende de nivel y en el próximo recorrido podrá elegirlo con jardineras o con municipales al acecho, por ejemplo. Si acabas en el hospital, Game over. Y reza para que te quede alguna vida más.          

viernes, 10 de junio de 2016

Despedidas

Visto que el estado es incapaz de garantizar una vida digna a gran parte de sus ciudadanos, se dedica a legislar aspectos más chuscos e intrascendentes, no se diga que su maquinaria solo sirve para hacer desaparecer el dinero del contribuyente. Volvemos a quejarnos contra el estado intervencionista que cada día achica un poco más la libertad individual. El enésimo intento de mangonear el libre albedrío proviene de Mojacar, localidad almeriense donde la señora alcaldesa ha aprobado una ordenanza para poner coto al desparrame de las despedidas de soltero. A cualquiera que le pillen en una de estas clásicas cuchipandas con disfraces indecorosos, y sobre todo que atenten contra la sexualidad, será apercibido por los funcionarios de la porra, exponiéndose a una multa.
Quién no ha sentido la tentación, al menos una vez, de juntarse con los amigotes e ir a tumba abierta con le excusa de que uno de ellos va a pasar por el aro, perdón, por la vicaría. Para celebrarlo qué mejor que disfrazarlo de Abeja Maya, pero en vez de alas a la espalda ponerle unas tetas, drogarlo a conciencia y facturarlo para Pernambuco. Reclamamos el derecho inalienable que asiste a cualquier gañán para follarse una muñeca hinchable contra el quiosco de la once, marcarse un calvo ante la cámara del cajero del Santander, o que cualquier choni y su cuadrilla se coman todas las pollas de merengue o de otra naturaleza que consideren oportunas.
Estas fiestas reflejan la clase y elegancia de nuestros vecinos y amigos, expresión natural del ancestral cafrerío celtibérico, y por tanto, un bien cultural a proteger, como el Rocío o las Fallas. El estado, puesto a meter el morro, debería intervenir para homogeneizar las distintas tendencias con el fin de preservar la esencia de la fiesta. Se debería legislar sobre el número idóneo de strippers, tamaños del pene diadema, estilos y formatos de las camisetas conmemorativas, así como otorgar licencias para potar en la vía pública y mear en las principales calles y avenidas. Todo ello para convertir este espectáculo en algo de lo que sentirnos orgullosos y volver a asombrar al mundo.