lunes, 4 de octubre de 2010
Caniche cubista
miércoles, 25 de febrero de 2009
Carnaval caniche

Nuestra Putita Pelagatos anda últimamente muy preocupada con esto de la crisis, pues por su culpa la gente se está olvidando de las cosas verdaderamente importantes como el estado en que se encuentra gran parte de la raza canina, muchos de ellos obligados a sobrevivir sin las más mínimas condiciones en su vestido o alimentación. Por eso, como socia fundadora y presidenta perpetua de ACDC (Asociación de Caniches Desvalidos Calientacamas), aprovechando las fiestas de carnaval decidió organizar una tómbola benéfica y una subasta solidaria para recaudar fondos para la creación de un albergue de caniches donde puedan estos dulces animales recobrar su dignidad y autoestima.
Para tan noble causa tocó a rebato entre sus amistades y el resto de damas de la junta directiva, que sumando sus fuerzas han conseguido que el acto sea todo un éxito en lo económico y en lo social. Como en otras ocasiones, la reunión es inicio con una charla del eminente frenópata canino rioplatense Gualberto Edecán Cerbero, que contó por lo menudo la cantidad de casos llegados últimamente a su gabinete de apoyo sicocanino con trastornos de personalidad, como el perro que se creía la reencarnación de López Rega u otro que afirmaba ser el mariscal Pétain. Gualberto subrayó el gran stress al que se ven expuestos estos sensibles animalitos, obligados las 24 horas del día a satisfacer a sus dueñas sin preocuparse del gran desgaste psicológico que supone el rol de perrito faldero.
A renglón seguido tomó la palabra Adelina Rouco Raposo, secretaria de ACDC, quien dio un repaso a la situación de los derechos de los caniches y su evolución en el último año, con unas conclusiones espeluznantes. Más de la mitad de la población caniche no tiene acceso a los servicios veterinarios básicos, tres de cada cuatro se tienen que conformar con las migajas que dejan caer sus dueños de las mesas, no habiendo olido en su vida la comida para perros, y lo que más patidifuso dejó a la concurrencia: la mayoría de los perros no pisa una peluquería en todo el año. Ante tal atentado a los derechos de los animales, Putita en persona prometió elevar una queja a las más altas instancias del estado con fin de poner coto a tal estado de cosas.
En la subasta se pujó fuerte por piezas de colección y otras cargadas de historia. Tal es el caso de un chaleco-capa de lamé con incrustaciones de pedrería al estilo Elvis con el que Jacqueline Kennedy sacaba a hacer pis a su mascota en la Casa Blanca. Otra prenda con una puja muy reñida fue la elástica albiceleste con el número 10 de Kempes a la espalda, ideal para excursiones de entretiempo, donación de la familia del general Videla. El chaqué canino que llevaba el perrito coñero de Norma Duval en su última boda, un bozal en rica marroquinería que fue de Rintitín o la sudadera con la que Pitita Ridruejo llevaba a su chucho de paseo por el Retiro fueron otras tantas piezas que hicieron las delicias de los congregados.
Iniciado el baile de disfraces, se concedió un premio al perro mejor travestido que recayó en Chiqui-chiqui, propiedad de la Marquesa difunta, perdón, viuda, de Pino Pelado, divina con un traje a lo María Antonieta, obra del afamado modisto Celestino de la Coz, que se estrenaba en tales lides. “Después de diseñar el traje de camuflaje de la Legión me siento capaz de vestir a cualquier animal” afirmó ufano al ver que su disfraz rococó se alzó con el primer premio. Muy comentado fue también el de Puskas a lo Gandhi, de la Baronesa de Tente y Tieso, haciendo muy difícil el diferenciarle del original. Otro con olor de santidad fue el de la Duquesa de Perragorda, que llevó a su linda perrita de Santa Teresa, tan convincente que solo le faltaba entrar en éxtasis, y no fue porque Puskas no lo intentara, que saltándose el protocolo y ante el bochorno de su ama intentó cubrirla en mitad del sarao.
Como fin de fiesta, y como viene siendo habitual, dio Putita un pequeño recital de chacareras y zambras argentinas que fue aprovechado por la concurrencia para dar por finalizada la reunión benéfica sabiéndose con el deber cumplido de ayudar a estos desprotegidos seres que tanto amor y compañía entregan a cambio de tan poco.
viernes, 26 de octubre de 2007
Maruja Life

La marquesa de Esparraguera está triste, qué tendrá la marquesita? Los suspiros se escapan de su boca de fresa, pues el verano ya es ido. Adiós a los lucidos saraos, a las fiestas hasta el amanecer. Surcar carreteras secundarias en su Corvette, aperitivos en el yate de algún apuesto jeque árabe, noches de satén en Montecarlo, boîtes demodés en el hotel D. Pepe. Todo esto puede hacerse en cualquier época, pero Putita es en verano cuando más disfruta de su vida de ociosa vocacional, aventurera de la alta sociedad, siempre en busca de “algo más”.
Así que cuando los días empiezan a menguar entra en un hastío existencial del que es difícil sacarla. Pero este año la tecnología ha venido en su ayuda. Ha conocido Second Life y todo un nuevo universo de posibilidades nunca imaginadas. Vivir otras vidas, ser otra persona, lo que siempre te habría gustado ser, ahora al alcance de cualquiera.
Putita lo tuvo muy claro. Nada de personajes exóticos o extravagantes. O si, porque para nuestra marquesita no hay nada más raro y extraño que una maruja. Decidido, iba a ser maruja. Experimentar la pereza y soñolencia que produce levantarse a las siete de la mañana. Bregar con tres churumbeles que no se toman el desayuno mientras el marido se va a la obra. Chillar con la vecina del primero para que le devuelva las bragas que se le han caído al patio. Sisar en las compras, jugar en las tragaperras. Esas escapaditas al bingo. Ella que nunca ha visto una lechuga fuera de una bandeja de plata, yendo a comprar a la frutería entre mujeres vestidas como los pobres de la tele. Cocinar una cosa blanca que dicen coliflor y que tiene pinta de saber a rayos.
Todas estas pequeñas tareas diarias a Putita se le antojan experiencias de alto riesgo. Quien nunca ha tenido problemas de dinero, lidiar con una hipoteca es una complicada hipótesis. Tener solo un pequeño armario para su ropa algo de ciencia ficción. Pero está enganchada a su avatar de maruja y no ve llegado el sábado para ir con los cuñados a hacer una barbacoa, y el domingo a comer rabas por los bares del barrio o tomar café en la degus de la esquina con las amigas y despellejar a diestra y siniestra.
Putita ya no va a la ópera, ha desatendido ACDC, su asociación para caniches, no se le ha visto en la semana de la moda de París; todo su tiempo lo dedica a vivir con el lumpen proletario, disfrutando de las fuertes emociones de la gente gris y vulgar. Se van a morir de envidia cuando se lo cuente a sus amigas.
lunes, 6 de agosto de 2007
Gala ACDC

La ínclita Putita, dinamizadora cultural de Marbella, informa que el próximo fin de semana se celebrará en la sala Excelsior del Hotel Guadalpín la gala anual de ACDC (Asociación de Caniches Descarriados Calientacamas), de la que es socia fundadora y presidenta vitalicia.
La labor de ACDC en pro de la dignificación y de la calidad de vida de los caniches y demás perros de compañía es de sobra conocida por todos. Hace años que organizan una pasarela de moda para el mejor amigo del hombre, Perra Moda, y tienen en su haber el primer balneario para estos animales, SpaCan, con exclusivos baños de barro, antipulgas de agua a presión y veinte tipos de huesos diferentes para que suelten agresividad.
La gala anual dará comienzo con una charla del famoso psicólogo canino Dr. Chucho Alemán, de
Posteriormente, un desfile de bañadores de Pittorro & Lupino, con profusión de seda virgen y lana palentina, nos dará pistas sobre lo que poner a nuestras mascotas en las largas tardes estivales. Frú-Frú, el caniche preferido de
Los Cuatro de Despeñaperros, grupo tecno-yeyé, amenizarán el cóctel con el que se pondrá broche a la celebración, y donde los orgullosos dueños de estas mascotas podrán compartir experiencias, comparar collares antipulgas, despellejar veterinarios e informarse de las últimas tendencias venidas de París en peluquería perruna. Putita piensa como fin de fiesta en interpretar una pequeña selección de valses peruanos, que seguro que son recibidos por el público con el interés habitual.