lunes, 27 de marzo de 2017

Violencia organizada

violencia furbol
Si algo le gusta al estado es reglamentar todo lo que se pueda y más, no sea que al ciudadano se le ocurra tomar decisiones por su cuenta y riesgo y tengamos un problema. Unos de los pocos espacios de libertad de los que gozaba la gente de ideas claras eran las peleas entre aficionados futboleros. Ya saben, esas desinteresadas batallas campales en las que los más fogosos seguidores se enzarzan por el simple amor a los colores de su equipo. En otras épocas la gente iba a la guerra por su dios, su patria o de mala gana. Hoy lo hacen por amor al arte, por defender la preeminencia de su equipo, y son capaces de llevarse por delante a cualquiera que diga que su defensa central es un sicópata sin medicar o que el delantero centro que costó veinte kilos se cae más en el área que un borracho por las escaleras.
Como por lo visto estas gestas a veces pillan a contrapié a la autoridad gubernativa, un diputado ruso ha propuesto convertir esos encontronazos en un deporte en sí mismo. El avispado Igor Lebedev quiere montar equipos de veinte camorristas profesionales, en principio desarmados, que representen a sus respectivas hinchadas, y que se partan la cara para abrir boca antes de cada partido.
Nosotros pensamos que un hooligan que se precie no se dejará alienar por semejante propuesta, que sus niveles de testosterona le mantendrán al margen de los intentos de manipulación del poder. Además, corremos el riesgo de que el nuevo juego tuviera más seguidores que la tontería de meter la pelotita en la portería. Al final los campos de fútbol acabarían siendo como el Coliseo romano, con miles de gargantas sedientas de sangre. Aunque en el fondo es lo que les pide el cuerpo.

lunes, 13 de marzo de 2017

De polvos y otros lodos

El perpetrador habitual de este blog tiene el placer de informarles de la publicación en Amazon de un libro de cuentos, por título De polvos y otros lodos. Esta semana está en oferta,  así que pueden pasar por aquí a leerlo cuando gusten.
Las historias, dos de las cuales vieron la luz en Repámpanos, se regodean en  los aspectos más ridículos de esa locura llamada amor,  pero que en realidad es sexo mezclado con dependencias y desequilibrios varios. Ojalá disfruten tanto como un servidor escribiéndolas. Se aceptan todo tipo de críticas,  halagos, varapalos, disquisiciones diacrónicas u otras consideraciones que tengan a bien interponer tras la lectura.
Por último, cuelgo aquí la que debería ser la portada oficial de la obra y que las mentes puritanas de Amazon no dejaron que así fuera. Quiero agradecer el trabajo y el arte de Alex Ruiz y sobre todo de Roberta Checchi.

lunes, 6 de marzo de 2017

Playmate del mes: Alma Fombra

playmate alfombrada



Hay veces en los que el nacimiento marca toda una vida. Tal es el caso de la playmate de este mes. La madre de Alma se puso de parto sobre una esterilla mientras oía enumerar los doscientos veintisiete primeros brillos del espíritu a Chandalguktra Phamilikra, el único y venerable gurú indú que supo conjugar la milenaria sabiduría de su tierra con los chándales multicolores. El caso es que la primera experiencia sensorial de Alma Fombra fue el duro tacto del esparto de la alfombrilla, lo que marcaría su porvenir.
Durante su infancia sintió la oscura pulsión que la llevaba a restregarse en los felpudos de todos sus vecinos, lo que obligó a sus padres a mudar de residencia con más frecuencia de la que hubieran deseado. Al llegar a la adolescencia, nuestra playmate quedó prendada de la biografía de Cleopatra, la última faraona, y cómo ganó el corazón de Julio César al caer a sus pies desde una alfombra enrollada. Ni corto ni perezoso, Alma Fombra puso en práctica aquella antigua técnica de seducción, con resultados desiguales. Su más sonada actuación fue cuando le montó el numerito al mismísimo Lorenzo Lamas, el rey de las camas, que no le dio lo suyo porque iba con prisa, pero le encantó la puesta en escena.
Con los años y ya con las hormonas más calmadas cogió en traspaso una tienda de genuinas alfombras persas fabricadas en Taiwan. Gracias a la moda vintage que nos asalta, se ha forrado vendiendo tapices llenos de ácaros a garitos hipster. Pero la ambición de nuestra playmate no conoce límites. Piensa asaltar la economía  digital con su nueva línea de alfombrillas para ratones, donde los usuarios podrán  disfrutar del mismo placer morboso al mover el puntero del que Alma disfrutaba de niña cuando se frotaba el culo por los felpudos del vecindario.de raºº´ uestra playmate qued;oestra playmate qued;o prendadaosaial de Alma Fombra