Las ciencias avanzan que es una barbaridad. Tanto, que a veces no puedes reprimir una carcajada vistas las peregrinas direcciones que toman. El Instituto de Estudios Improbables tiene debilidad por las investigaciones que aparte de ampliar nuestro conocimiento del mundo nos alegran el día. Cada año dan los premios Ig, popularmente llamados antinobel, a los trabajos más chuscos y estrafalarios que se puedan imaginar. Este ha sido un buen año, si no compruébenlo ustedes mismos.
En física, el elegido ha sido un resbaladizo estudio que mide la fricción entre un zapato y una piel de plátano, y entre el plátano y el suelo, cuando una persona pisa una piel de plátano en el suelo. Hay que andar con pies de plomo con este trabajo, a la espera de que sus resultados estén suficientemente contrastados con pruebas empíricas.
En neurociencia el afortunado ganador es un equipo chino que ha intentado entender qué pasa en el cerebro de las personas que creen ver el rostro de Jesús en una tostada. No sabíamos que existía un colectivo tan amplio con semejante patología. Aunque es un tema con mucha miga, todo apunta a una sugestión tras la lectura del famoso pasaje de la multiplicación de los panes y los peces.
En psicología han elegido un trabajo que define a la gente que trasnocha como mucho más narcisista, manipuladora y psicópata que las personas que madrugan. Además, no votan en las elecciones municipales, tiran el vidrio en los contenedores del plástico y cuando llegan los anuncios cambian de canal.
El de salud pública es para los que estudiaron si es peligroso para la salud mental de las personas tener gato. La conclusión es que solo si tienes más de una docena puede afectar a tu cordura.
En la rama de biología ha merecido galardón la brillante investigación que descubre que los perros cuando orinan o defecan alinean el eje de su cuerpo con las líneas norte sur del campo magnético terrestre. Trabajo perdido, que cualquier hijo de vecino sabe que mear en dirección norte sur da mucho más gustirrinín.
En arte se premia el originalísimo experimento en el que se compara el dolor que siente la gente cuando ve un cuadro feo con el que siente cuando ve un cuadro bonito y le disparan con un láser en una mano. Dada la gran repercusión de la prueba, están preparando una variante consistente en atizarle con un ladrillo en la entrepierna mientras contemplan Saturno devorando a sus hijos, pero no encuentran voluntarios.
El premio de economía se lo lleva el instituto de estadística de Italia, que ha aumentado el volumen de la economía italiana a base de incluir la prostitución, el tráfico de drogas y otras actividades ilícitas. Para ser justos, el premio debería ser otorgado ex aequo junto con Montoro, que acabará contabilizando para el PIB hasta los billetes del monopoli.
En medicina se premia un avance excepcional. Unos investigadores han tratado los sangrados incontrolables de nariz a base de rellenar las fosas nasales de cerdo curado. En una siguiente fase están valorando la posibilidad de utilizar como antiagregante plaquetario las morcillas de Burgos. Que tiemble la Bayer.
Ciencia ártica, disciplina desconocida hasta ahora pero que entra en el olimpo bizarro con un estudio exhaustivo sobre la reacción de los renos al ver seres humanos disfrazados de osos polares. “Ya están estos cansinos haciendo el bobo” era la opinión generalizada entre estos rumiantes.
Dejamos para el final la investigación que más nos ha impactado y con más proyección de futuro. El antinobel de nutrición es para un estudio titulado “Caracterización de bacterias de ácido láctico aisladas de heces infantiles como potenciales cultivos pro bióticos de arranque para salchichas fermentadas” El gremio de chacineros va a contratar a este equipo de investigadores sin dilación, pues la posibilidad de aislar bacterias de ácido láctico de las heces infantiles era el espaldarazo definitivo que necesitaba este sector.