El integrismo musical dejó atrás su etapa teórico
especulativa y pasa a la acción. Hartos de aguantar la decadencia musical que
nos invade por doquier han decidido cortar por lo sano, a base de hard bop y
tente tieso. En la impactante fotografía podemos observar una célula yihadista
presta a entrar en acción. No pararán hasta que las melodías caleidoscópicas, los
saxos de terciopelo, pianos saltarines y las baterías sutiles se adueñen de
todos los escenarios. Su credo es sencillo: volverse cinco veces al día hacia
Nueva Orleans y entonar un blues, creer a pies juntillas que Charlie Parker es
dios y John Coltrane su profeta, y no seguir a artistas faltos de swing.
Prometen castigar a las hordas de roqueros roñosos, raperos desarrapados, indi
moñas, popis trasnochados y demás sectas que no reconocen que la verdad se haya
en un solo de trompeta. El futuro jazz ta aquí.