viernes, 1 de febrero de 2008

Carnaval, carnaval



Pasen y vean, señoras y señores, vean la gran parada de este carnaval, el quien es quien de cada casa disfrazado para que podamos conocerlos mejor. Atentos que aquí llegan. Abriendo el desfile, como no podía ser de otra manera, Su Majestad el rey vestido de oso Yogui, reforzando los estrechos lazos que siempre han unido su persona con estos simpáticos bichos. Justo detrás asoman el morro ZP y su ministro Solbes de Mortadelo y Filemón, los amos de la chapuza y la improvisación, mientras prometen una rebajita de impuestos por aquí, un cheque bebe por allá o un vale por un chocolate con churros. Siempre esquinados y desconfiados, Rajoy y Acebes les pisan los talones repartiendo leña entre progres trasnochados con el traje de Roberto el carca, digo Roberto Alcázar y Pedrín, arreglando los problemas de España base de jarabe de palo.

Helos, helos por do vienen los Golfos Apandadores, no, perdón, son Cachuli y Roca, que no podían faltar en esta gran parada. Creo que están intentado recalificar la cabina de teléfonos de la esquina, pero Patomas, qué estilazo Alejandro Lequio, los ha puesto en fuga, que éste sí que es de guante blanco. Y ya llegan la pareja de moda, suenan clarines, olas de admiración llenan los ámbitos, son Paquirrín y Evo Morales de Zipi y Zape, el terror de las nenas, vaya par de rompe bragas.

Ese que viene es un pájaro, es un avión, no no, es Superman Sarkozy , que con su hiperactividad lo mismo te salva a unas azafatas que te pega un pelotazo en Arabia Saudí o le roba el corazón a la Bruni, mientras Hugo Chávez disfrazado de Speedy González le canta corridos a grito pelado.

Y aquí viene el grueso del pelotón. Cuanto fenómeno, dios mío. Cristina Tárrega va monísima con su traje de Clara de Noche, abierta veinticuatro horas. Al lado Belén Estaban de Doña Urraca repartiendo paraguazos a los que le preguntan por Andreita o Currupipi. Los que destacan sobremanera son Borja Thyssen y Blanca Cuesta en su papel de Felipe el Hermoso, irrepetible donosura de Borjita, y Juana La loca, inconmensurable Blanquita, mientras que la baronesa les vigila de la mano de Chita desde un árbol con su ya pasado de moda disfraz de Jane. Sabina intenta engañar al personal por enésima vez yendo de Maky Navaja, pero hasta Terelu y Lara Divildos, de Pili y Mili, huyen del mal vino de este cagabandurrias. El que está tremendo es Sánchez Dragó, que le ha cogido el gusto al cosplay, y luce de Naruto desatado mientras intenta convencer a su colega Aznar, de bombero torero, de que se reencarnará en Son Goku o en monosabio.

No paran de pasar, señoras y señores, Carlos Dávila de Torquemada, Jorge Javier de Mimosín, Ana Botella de botijo, y siguen llegando, pero tenemos que devolver la conexión a nuestros estudios centrales. Desde el mismo meollo del carnaval se despide de todos ustedes Wenceslao Rebellón, y ahora mismo le voy a dar un tiento a Sonsoles, que se la ve muy sola disfrazada de cactus.

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