viernes, 5 de octubre de 2007

La Especiosa Enterprise


Este sábado, en el Círculo Mercantil de Ventorrillo, tuvo lugar la puesta de largo de la nueva aventura empresarial de D. Tadeo. Rodeado de los sectores más emprendedores de la sociedad local, con el apoyo del poder municipal y el visto bueno del señor cura, la velada congregó a lo mejor de cada casa.

Comenzó la reunión con un pequeño discurso del convocante, que puso en antecedentes a los congregados sobre su dilatada carrera en el campo de los abonos y fosfatos. “Pero llega el día en que hay que ampliar los horizontes, en que hay que ir en consonancia con los tiempos en que la globalización y la deslocalización son referente en la economía mundial”, D. Tadeo dixit. “Así que después de hacer números, me lanzo a la aventura, y he decidido abrir una fábrica de pimentón en Pekín. Mil cuatrocientos millones de chinos, a poco que cada uno compre una lata, hacen un buen pico, sin contar que allí los gastos laborales son apenas inexistentes. Como directora de la delegación he decidido que la señorita Lali, nuestra reciente Miss Ventorrillo, es la persona más adecuada, por su gran conocimiento de las especies y su cercanía a mi persona”.

Lenguas viperinas por las esquinas murmuraban que el supuesto embarazo de la Lali seguramente también tendría algo que ver en la empresa globalizadora de D. Tadeo, al que su mujer había dado un ultimátum con respecto a sus escarceos con la moza. Antiguamente le hubiera puesto un pisito en la capi, pero ahora mandándola a la China evitaba tentaciones.

DJ Bankal, recién llegado de pinchar en las pistas de Londres y Aranda de Duero, se encargó del ambiente exótico y sofisticado a base de mezclas de Bjork y Nuevo Mester de Juglaría. Otilia Otero se ofreció encantada a diseñar las latas de pimentón, con forma de botijo, que se le antojaba que a los chinos les tiene que resultar de lo más chic. Sonsoles, totalmente concentrada en su última película, saludó por video-conferencia y prometió ir a la inauguración de la empresa, aunque advirtió que ella es lisérgica, digo alérgica al polvo rojo.

Mientras, la Lali, cuyo nombramiento como directora comercial la había cogido en la inopia, intentaba enterarse por donde caía Pekín, y si podría volver los findes al pueblo. Cuando lo descubrió le dio un soponcio que la gente atribuyó a su estado de gravidez. “A esto le llama arreglarme la vida, mandarme a vender pimentón a los chinos” musitaba al llevársela en volandas.

Como todas las reuniones en Ventorrillo, el calor de la fiesta fue en aumento, el orgullo local subió unos cuantos grados ante la perspectiva de conquistar económicamente la China, y ya avanzada la noche los más garrulos fueron al pueblo vecino, el siempre odioso Valdenabo, a repartir estopa, mientras los más tranquilos preparaban los siguientes pasos a seguir en la conquista del gigante asiático.

Estén seguros de que esto no queda aquí, pues Ventorrillo es la patria chica del gran conquistador Bernal Verga de León, y sus paisanos han heredado el espíritu aventurero y emprendedor que empujo a Bernal a cruzar toda América del sur en burro.

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