Adelante con la fe

En un principio era el verbo, y al verbo le pusieron música las siete hermanas siete Bellido Durán. Desde que Flos Mariae moró entre nosotros, llenando nuestras vidas de himnos tecno-fervorosos, crece y crece la fe entre los fieles, los infieles vuelven al redil enamorados por la música extremada dirigida por estas artistas. El sector católico había quedado rezagado en lo que a cánticos se refiere, antífonas y salmodias medievales ya no movían a piedad, sí al bostezo, y los templos se vaciaban. Hizo falta que el espíritu santo se posara en la casa de los Bellido Durán para que esto cambiara, llenando los cielos y la tierra con sus hits.

Acontecimientos de esta magnitud solo ocurren en España, la tierra de María. En el principio, era la madre, doña María Durán de Bellido. Circulan historias poco edificantes sobre esta señora, a pesar del olor a santidad con el que convivió gran parte de su vida. Como otros muchos pecadores, una vez que abrazó la fe no la dejó escapar, retorciéndola a su antojo. Según parece, educó a su prolija prole, literalmente, alejada del mundanal ruido. De ahí que hoy sus hijas parezcan venidas de una dimensión paralela. Vivían en el temor de dios cuando en 2013 la madre cayó enferma de un tumor maligno. No se desanimó la señora. Hizo prometer a siete de sus dieciséis hijas (Alba, María, Flor, Estel, Victoria, Patricia y Monserrat) que si sanaba de lo suyo montarían un grupo dedicado a loar a la virgen y la doctrina católica. Doña María salió con bien del mal paso, y sus hijas pusieron el grito en el cielo en señal de agradecimiento. Con la confianza que da la fe, el desparpajo de la inconsciencia y poca afinación, montaron un canal de Youtube donde fueron colgando sus pelotazos pop católicos.

Monserrat, la mayor, suele componer letra y música. Utiliza bases electrónicas sobre las que añade letras entre naif y gagá. El vestuario de Flos Mariae podría parecer trasnochado en las puestas de largo de los años cuarenta del siglo pasado. Sus coreografías tienen el mismo dinamismo que la esfinge bailando pasodobles. Los videos son sobrios como cuaresma a pan y agua. Las voces de las chicas se meten en tu cabeza durante días. El conjunto resulta inquietante, perturbador. Un no se sabe qué, el espíritu santo en un after de Ibiza, el zumbido de una farra en el ático de Rouco Varela, revolotea los videos. Aun así, de una manera que solo dios sabrá, se hicieron un hueco en la selva de YouTube. Frikis, amantes de lo bizarro, brutalistas electrónicos, y hasta fieles se hicieron eco de un grupo que no parecía de este mundo. En 2015 murió la fuente de inspiración del grupo, doña María Durán, pero sus hijas siguieron adelante. Abrieron nuevos canales en Youtube, todos con intención de catequizar. Crearon una marca de ropa, Meyalayer, con ese estilo arreglada pero decente que lo mismo te vale para ir a misa mayor que a unos ejercicios espirituales. Por más que insistían los medios, no concedían entrevistas. Solo de vez en cuando emitían algún comunicado, como la casa real. Ellas a lo suyo, adelante con la fe.

Pero el diablo que nunca descansa también aquí consiguió meter cizaña. Algo extraño y misterioso ocurrió en 2021. Según las últimas entradas del canal de YouTube, en una anuncian que su cuenta en Twitter ha sido hackeada, pues alguien dio un like a un video obsceno. Seguidamente se nos comunica que el alma del grupo, Monserrat, se casa. Un mes después el gran mazazo: Flos Mariae se separan. El apocalipsis era poco comparado con lo que sufrimos su legión de seguidores. ¿Juan Pablo, el marido de Monserrat, era el Yoko Ono de Flos Mariae? ¿Quién daba likes a twits cochinos? ¿Por qué Monserrat se tiñó de rubio? Cuántos interrogantes, hoy todavía sin resolver.

Al final, la separación supuso una división. Monserrat y dos más formaron Mariah´s Pop, manteniendo el legado de Flos Mariae, y con impagables colaboraciones de Juan Pablo. Las demás montaron 4HBD (4 Hermanas Bellido Durán) intentando modernizar su estilo, aunque con una producción más escasa. Todas vuelven a estar en el candelero gracias a la serie La Mesías de los Javis, que dicen haberse inspirado en sus peripecias para escribirla. Ellas niegan tener nada que ver, y amenazan con mandar a sus abogados.

Nosotros nos quedamos con su arte, que no se puede aguantar. Acompañamos el artículo con su mayor hit, “Amén”, donde vemos en todo su esplendor la mística que anima a estas visionarias. Delante de un portalón en su masía, con unos trapos colgados del muro, vestidas como para ir a una gala de la beneficencia, desgranan verdades bíblicas con miasmas existenciales en versos rampantes, tal que “como una loncha de queso en un sándwich preso/ te sientes sin sosiego entre la duda y el miedo” Si esto no te reconcilia con la fe, nada lo hará.