─La vida es un tango, todo pena y desconsuelo.
─Es más bien como un bolero, melosa e ingrata.
─Me hubiera gustado que fuera todo rock and rol, drogas y sexo sin parar.
─Tú no hubieras dejado un bonito cadáver ni de joven.
─Lo dice el que creció bailando pasodobles con orquestas pachangueras.
─No como tú, que roncabas a dos carrillos con tus discos de hard bop.
─El vacío existencial solo de tarde en tarde lo saciaba con el órgano de Bach.
─Yo con los órganos de las gachís en los váteres de las discotecas con Giorgo Moroder a todo dar.
─En fin, qué fue de Salut les copains, qué fue de aquella dulce juventud con Françoise Hardy en la gramola.
─Pues que con el tiempo se pasaron a Camela en los autos de choque.
─Qué fue del bucolismo sideral de Enya.
─Acabó cantando música urbana con pantalones cagados.
─Qué fue de la banda trapera del río y su alcantarilla soul.
─Ahora escuchan a indi pijos intensitos.
─En fin, solo nos quedan los sonidos del silencio en la memoria.
─No todo está perdido. Siempre nos quedará la tuna.
─Cuánta razón tienes, capullito de alhelí.
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