lunes, 10 de octubre de 2011

Casa la de Alba


Con ochenta y cinco abriles desposa por tercera vez doña Cayetana. Con un castellano viejo, palentino para más señas. No es la boda del siglo porque entre los dos suman siglo y medio, pero sí muy andaluza: peinetas, mantillas, grupos rocieros, jaleo, señoritos y toreros a diestro y siniestro.
A la edad en que muchas se dedican a vivir de las rentas, la duquesa, rentista de toda la vida, se pone el mundo por montera y se casa con un aficionado a las pelis en VOS, que es muy inquieta la señora en lo cultural. Alfonso Díez ha cumplido el sueño de todo español: dar el braguetazo, enlazar con la nobleza. El que Cayetana haya enterrado ya a dos maridos no asustó al nuevo duque consorte, que ser grande de España bien vale el envite.
Asistió lo más granado  a la ceremonia en el palacio de las Dueñas, en otros tiempos escenario de los amores niños de Machado, hoy de los juegos de la edad tardía de la duquesa. Vitorio y Luccino, adalides del diseño sevillita,  echaron por tierra todas las quinielas sobre el traje de la novia al vestirla de calle y rosa palo. La familia dio mucho juego, que si en todas las casa cuecen habas, en la de Alba a calderadas. Eugenia contrajo una inoportuna varicela, no sabemos si de envidia o porque le tocaba. El culto y refinado Jacobo se ausentó con la escusa de un viaje a París a comprar cruasanes. Quizás tuvo algo que ver las perlas que soltó su madre sobre su mujer, tachándola de mala y envidiosa. Entre los que sí estuvieron destacó Cayetano, jinete, caballero y bont vivant, modelo a seguir entre las clases pasivas.
Fuera de la familia, solo los íntimos. Carmen Tello y su perfil austero oficiaron de madrina. Detrás, medio escalafón taurino. El faraón de Camas, inescrutable, como siempre. Cayetano, más amigo de las pasarelas que de los paseillos. Fran Rivera, el ex yerno perfecto. Sólo faltaba el bombero torero, no sabemos si por varicela también.
Y de subalternos, de corifeos, los sevillanos, contentos de hacer bulto en una boda de señoritos. Gentes de alma quieta que jalean a aquellos que llevan siglos ninguneándoles. En vez de empuñar el hacha vengadora se deshacen en piropos a la plutócrata que los vampiriza desde hace generaciones. El vano ayer ha engendrado un presente vacío, y por desgracia, permanente. El pueblo seguirá utilizando la cabeza solo para embestir, y la duquesa y sus descendientes seguirán riéndose de ellos mientras caracolean en sus narices.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

El último párrafo es tan lúcidamente cruel que asusta. El pueblo asume su condición borreguil con los ojos cerrados: llevan siglos y siglos usándolo, despreciándolo, explotándolo, y les da igual. Si se casa la Duquesa, todos a la calle.
Para llorar.
Lo de las clases pasivas me ha encantado, por cierto.

Luis Cóngrio dijo...

Sí, lo reconozco: muy literario, sobre todo el último párrafo. Pero el mundo es así de injusto; siempre ganamos los mismos.

Múlograo, zi zeñó.

Salutacions des de l'Hotel Palace de Madrit, entranyables i estimats andalusos, a més a més de PERsones ximples.

noveldaytantos dijo...

Siempre me ha asombrado cómo esta gente que tiene tanta pasta pueden ser tan cutres y casposos. Dan vergüenza, pero ya se sabe que todo esto tiene su público. Pandereta total.

Chafardero dijo...

@Un Paseante:
Quizás quedaría más propio decir parásitas que pasivas, pero no vamos a hacer sangre con el bueno de Cayetano, que bastante tiene con lo suyo.

Chafardero dijo...

@Luis Congrio:
Cuando Oscar Wilde se estaba muriendo en el hotel Palace dijo: muero como he vivido: por encima de mis posibilidades. Algo parecido le va a ocurrir a usted como siga alojandose en semejantes antros.

Chafardero dijo...

@Noveldaytantos:
Lo que pasa es que ya son tantos años de charanga y pandereta que ya huele.

Sgt. Pepper dijo...

Hasta ahora yo me he reido de estas historias, pero despues del último párrafo me quedo pensando y... tienes razón.

Chafardero dijo...

@ Sgt Peppers:
pues gracias por dármela, y a seguir riendose, que son dos días