miércoles, 25 de junio de 2008

Humo y espejos



Aquí está Humo y espejos, primer larga duración de un grupo de largo recorrido, que nueve años llevan ya en el ruedo pop La monja enana, propuesta de tecno naif de Ana y Juan. Hasta la fecha solo tenían varios EP y canciones en discos varios. Se dieron a conocer con homenajes a Juan de Pablos, viajes en autostop hasta Japón, escarceos con vampiros estelares o conferencias a larga distancia con Gracita Morales. Encuadrados en el llamado con mala idea tontipop, tachándoles de simples a la ligera, cuando cualquiera de sus canciones tiene más chicha que toda la discografía del Bumbury, por ejemplo, brillan por sus melodías, que te sumergen en irisadas pompas de jabón desde las que ver el mundo con mirada risueña. Sus letras, algunos decían que algo tópicas, se sustentan en referencias culturales que pueden ir de Toriyama o Lovecraf hasta Lemony Snicket o Perrault. Cualquier tema que tratan, aunque se incline a lo sombrío o irónico, rezuma calidez y sencillez, que no simplicidad, realzado por la poderosa voz de Ana, cantante que es también de la Cola Jet Set.

Su flamante disco grande abre con Canción de amor nº 3, donde se ríen a saco de estos artistas sufrientes y pedantes que están en mente de todos. Trucos de salón, lo paranormal que tanto les mola puesto en solfa en la mejor canción del disco. Ciencia cotidiana, tema de su futuro videoclip y candidata a banda sonora de la entrega de los Nobel. Barba azul nos cuenta el clásico cuento a base de comandos de fothoshop. Héroes del pasado, irónico pescozón a toda esa recua de grupos acabados, especializados en sacarles los cuartos a sus seguidores y de los que este verano tendremos en cualquier festival. Y terminan con Soy un pequeño dinosaurio, delicioso tema de Jonathan Richman, con el que caldearán cualquier cumpleaños infantil en un santiamén.

Si lo suyo es el pop inteligente y sencillo, la Monja enana es su grupo, si quieren bailar y divertirse, acudan ya a su tienda de discos que se agotan.

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