miércoles, 20 de enero de 2016

Jugar a los espías








Uno de los muchos campos que han perdido encanto con los avances tecnológicos es el del espionaje. En los viejos buenos tiempos de la guerra fría primaban los agentes de campo que tenían que meterse en la boca del lobo a fotografiar los planos ultra secretos del último modelo de termo para el café que incorporaban los cazabombarderos estratégicos. Después de sortear las mil celadas del enemigo escondían el microfilm en un jarrón de la dinastía Ming, o si el tiempo apremiaba lo pegaban al escroto y a cruzar los dedos para que en el aeropuerto los de aduanas no quisieran tocarle los huevos. Quién no ha soñado con ser espiado por James Bond en el casino de Montecarlo Martini va Martini viene, o en la intimidad postcoital confesarle a esa rubia agente doble dónde guarda tu jefe la fórmula de la lejía con detergente.
Hoy el espionaje es una cosa de ceros y unos, big data y frikis semi vírgenes en asépticas oficinas que no tienen más actividad que acercarse a la máquina expendedora de donuts, lo cual no quita para que sean más incisivos que sus predecesores. El Gran Hermano de Orwell hoy es una cotilla de escalera comparado con los recursos de que dispone cualquier agencia de espionaje. Aun así, los hay que no están conformes y buscan nuevas maneras de fiscalizar a sus ciudadanos. En Gran Bretaña están considerando la posibilidad de que los llamados Smart toys, juguetes inteligentes que suelen estar conectados a internet y disponen de micrófonos y cámaras, sean utilizados por los espías de Su Graciosa Majestad para recabar datos sobre posibles amenazas para la seguridad nacional.
De ahora en adelante no podremos mirar ningún juguete sin pensar que nos está espiando. El barco pirata de playmobil en realidad tiene patente de corso para mandarle al MI 15 todas las conversaciones antisistema que mantengamos con nuestros hijos. Los encantadores chuchos de la patrulla canina se colarán bajo la cama a grabar las conversaciones con tu mujer sobre cómo apañar la declaración de hacienda. Y la inefable Barbie podrá hacer un gran servicio a la patria denunciándote si intentas dar un golpe de estado en la junta de vecinos. Y ya sabes que en un juicio tu palabra no vale nada ante la de Barbie. Así que para evitarse problemas es mejor que compren a sus hijos canicas, peonzas y cuerdas para saltar a la comba. Y si se aburren, que salgan a la calle a pegarle patadas a las piedras, juego que nunca pasa de moda.

12 comentarios:

Rafa Hernández dijo...

Ya ni se precisa de grandes ni dotados espías. Cualquiera que este puesto en ordenadores, y simplemente te birle el correo, ya te puede hacer la puñeta y joderte lo que quiera. Y ya no digamos los expertos en la materia, ya que estos pueden averiguarte hasta las veces que cagas. Y si te metes en páginas o webs que crees que nadie se va a enterar de que te has metido, como quieran averiguarlo, saben hasta del ordenador que ha salido. Así que andaremos con ojo, por si nos espían.

Un abrazo.

Elvis dijo...

Yo ya tengo más que asumido que todo lo que hago en mi intimidad, es del dominio de las fuerzas de seguridad del estado, así que, de cuando en cuando, les hago una peineta al aire y me desahogo...
Saludos.

Rick dijo...

Pues sí, lo de Orwell es una niñería. Para hablar de asuntos "no reglamentados" hay que ir al desierto, y aun así teniendo cuidado de los satélites capaces de hacerte una foto a no sé cuántos kilómetros de distancia. El estado policial es un hecho, y la única que nos queda es tratar de disimular todo lo posible.

María dijo...

jaja salir a la calle a pegar patadas a las piedras jaja hoy eso, sería el mejor regalo que un padre hiciera a sus hijos sedentarios y amomiados como están todo el día colgados del móvil ;)

Antes de nada feliz nuevo año, que aun siendo finales de enero aun se está a tiempo ( espero) y sí, en los tiempos que corren podemos ser fiscalizados por todas partes desde cualquier parte, vamos a tener que susurrarnos al oído para tener intimidad ;)

Un abrazo grande! y siento haberte perdido la pista, es que solo puedo venir a verte desde el blog del DR KRAPP q tiene enlazado tu blog ¿cómo no tienes enlazado tu blog a tu link? en fin, q anduve medio alejada de los blogs y como tb él estuvo tanto tiempo ausente, se me olvidó donde estaba la puerta de tu casa :)

Doctor Krapp dijo...

Discrepo, nunca el espionaje ha estado tan sobrevalorado y bien pagado.
Fíjate con la movida que se ha producido con el tema del viaje a Venezuela y el chollo que pilló el jefe de policía del aeropuerto de Barajas:
http://www.publico.es/politica/interior-ascendio-cupula-policial-al.html

De hecho se espía tanto que ya nadie sabe porque se espía y cuando hay que dejar de espiar. Es un sindiós.

U-topia dijo...

Es verdad que el trabajo de los espías tiene que adaptarse a unos tiempos en que los dispositivos de vigilancia se han sofisticado y, encima, el personal ofrecemos toda nuestra intimidad en las redes sociales y en el uso de dispositivos electrónicos, gratuitamente.

Por fortuna mis hijos ya han crecido y los juguetes han desaparecido... uff que suerte!!

Chafardero dijo...

@ Rafa:
pues sí, ahora pueden saber hasta lo que haces en el baño, pero el carácter aventurero de antaño se ha perdido.

Chafardero dijo...

@ Elvis:
pues la peineta hala cuando no miren que ahora está penado faltar al respeto de los alguaciles y sus mariachis.

Chafardero dijo...

@ Rick:
El único sitio seguro es una after hours en hora punta y sussurrando al oído del interlocutor, no hay técnica ni micro que te oiga.

Chafardero dijo...

@ María:
Saludos y feliz año también, encantado de tenerte por aquí. Espero que los espías nos den algo de cancha en los próximos doce meses.

Chafardero dijo...

@ Krapp:
Ya se sabe que se espía para proteger los intereses patrios, lo que no está reñido con que tus intereses salgan ganando también.

Chafardero dijo...

@ U-Topía:
Bueno, ten cuidado, igual queda tras un sofá un geiperman parapetado pasando información a la autoridad competente sobre tus actividades, que la gente lectora es sospechosa por definicón.