lunes, 17 de mayo de 2010

Tijeras ZP


Ya sabrán de la visita que ha cursado el ministro José Blanco a La Noria. No es que el Pepinho hubiera decidido salir del armario, o tuviera información privilegiada sobre las últimas horas de Ángel Cristo no, iba a hablar del tijeretazo del gobierno. Si continúan con esta nueva política de comunicación, igual vemos a Fernández de la Vega en DEC, cuyo público abunda en jubilados, explicándoles que les van a congelar las pensiones y quién sabe si alguna cosa más. Pero lo propio sería que diera la cara Zapatero, y a modo de su amigo Chaves, sustituya España Directo por Aló ZP, y lidie en vivo y en directo con funcionarios, mamás y demás afectados por sus últimas medidas.
Porque ZP, el bambi de la política, empujado al poder por imperativo ético, empezó haciendo de la política el arte de lo posible, y ha acabado con imposible hacerlo peor. Primero le pedían que no los defraudara, ahora ya le gritan que no los empeñe más. Tiene menos visión de futuro que el pitorro de un porrón. Cuando la economía iba para arriba ni se preocupo de que pudiera llegar el día en que ya no quedara secarral que urbanizar. Cuando llegó la crisis pensó que para salir de ella lo mejor era arreglar las aceras. Y ahora que ya ha adecentado el local descubrimos que estamos arruinados. Del proyecto de economía sostenible hemos pasado en dos telediarios a la realidad de una economía insostenible.
Como el país está al borde de la quiebra, tenemos un pufo de cuidado, y el amigo americano ya le ha dicho que se aprieta el cinto o le da con el látigo, ZP saca la receta de siempre; que paguen los platos rotos la tropa que para algo son carne de cañón. Ahora toma sentido cabal la campaña de Esto solo lo arreglamos entre todos. Pero crucen los dedos para que la retahíla de asesores presidenciales, en una brillante tormenta de ideas, no propongan alguna solución a la griega, y pongan en venta las islas Chafariñas o las Cies (y de regalo Albacete) a los alemanes o algún jeque para bajar el déficit. Y de la oposición mejor no hablar, que las únicas medidas que toman en el PP son las de los trajes de Camps. De ser la envidia de occidente, la nueva locomotora económica, hemos pasado a la cruda realidad, que no somos más que una cutre república bananera (porque lo de monarquía bananera ya es una redundancia)
Así que no nos queda otra que hacer lo de tantos otros, un hatillo con dos mudas e ir por los caminos que se ofrecen, que vale más enderezar esquinas en Francia o vender orinales a pedales en Alemania que padecer aquí a una casta política que vive en otro mundo y a una casta económica que sablea a todo el mundo. Pero en el fondo solo tenemos lo que nos merecemos.

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