lunes, 5 de mayo de 2008

El Chiquilicutre


El mostrenco y atocinado sonsonete del Rodolfo Chiquilicuatre, patrocinado por el caricato aburre farolas y duerme sillas del Buenafuente, ha pegado el pelotazo en eurovisión, para mayor desgracia de la música pop y alegría de sus bolsillos.

Si algo hay que agradecerle a esta boutade es el poner en solfa al rap, género musical de lo más paupérrimo y ramplón, y a sus letras prietas de majaderías inconexas, melonadas suburbiales, memeces sin fin y rimas de juzgado de guardia. Si en la minoría afroamericana inventora de la cosa ésta ya resulta chusca de ver, la variante local con su toque cetrino cerril es de dar la risa floja. Ya se sabe que ir con la visera calada hasta las cejas y el gorro de la sudadera puesto produce un recalentamiento neuronal en estos flojos de pantalón que desemboca en una diarrea verbal más propia de vendedores ambulantes de bragas que de cualquier tipo de expresión artística.

Volviendo al Chiquilicuatre, no sorprende la entrega con la que la peña abraza a su nuevo ídolo, que ya se sabe que por estos lares lo zafio siempre va a caño libre, sino la aquiescencia de ciertos sectores de supuesto más criterio en hacerle el caldo gordo a este cantante falso porteño. En la fase de selección ya se veía que el personal lo que quería era vacilar y poco le importaba que se presentara una canción tan buena como La revolución sexual. El caso era dar el cante, y a eso va a Belgrado este roquero maqueado en el chino, a tomarles el tupé a los euroespectadores que aprovecharán para ir al wáter o sacar la basura mientras el memo menea la pelvis. Y nosotros que pensábamos que eurovisión había tocado fondo con la participación de Rosa de Ehpaña, pero no, el chiquilicuatrero musical del Rodolfo va a conseguir que el festival mude hasta de nombre, cutrevision de ahora en adelante.

Y encima tenemos que aguantar las consideraciones deontológicas del Buenafuente, como si todo esto no fuera una buena manera de levantar un poco ese programa humorístico que dirige y que tantos bostezos cosecha. Pero algunos sospechamos que todo este asunto no es más que una maquiavélica maniobra de TVE para darle un buen disgusto a José Luis Uribarri y quitárselo de encima de una vez.

No hay comentarios: