lunes, 10 de marzo de 2025

Amor y fe (III)


 

Cuando has llegado a ese punto en que crees que ya no habrá hombre que te haga daño porque no piensas volver a enamorarte, justo aparece uno como Sebas para echar tus planes por tierra. Y es que era una joya. Un poco caballero a la vieja usanza, de los que te iba abriendo las puertas y regalando flores. Un poco quijote, ayudando a críos imposibles, visitando ancianos solitarios o de monitor en la parroquia. Un poco artista, con esas canciones cursis para cantar al calor de la hoguera en las noches de acampada. Sebas trasmitía una alegría tranquila, una felicidad sin sobresaltos, supongo que asentada en la fe en su Dios y en sus creencias, que una cínica como yo no pensaba que quedara todavía suelta por ahí.

Pensaba que los católicos que quedaban cogían todos en la plaza de San Pedro, que era un comecocos en el que la gente ya no caía desde la época de nuestros abuelos. Pero descubro que uno de ellos era un tipo encantador, que me trataba como una reina, que era idolatrado por jóvenes y viejos en su parroquia, siempre dispuesto a echar una mano a quien lo necesitara, siempre vital y positivo. Hasta empezó a caerme simpático el papa de Roma, a pesar de que su guardarropa dejaba mucho que desear. Además, mi Sebas tenía un exquisito tacto en lo de sermonearme, aunque no dejaba pasar la oportunidad de ponerme al corriente sobre los misterios de su fe, por los que yo pasaba de puntillas. Desde la primera comunión, pecadora de mí, no había vuelto a pisar una iglesia más que para bautizos, bodas y demás, o cuando estás de viaje y visitas la típica iglesia románica mientras haces tiempo hasta que abren el bar de la esquina.

En su compañía y de manera imperceptible, empecé a rebajar el contenido sarcástico y cínico de mi lenguaje, que, aunque Sebas decía que tenía un sentido del humor muy mío, bien me daba cuenta que no estaba acostumbrado. Yo que siempre veía dobleces y conspiraciones a mi alrededor, junto a él bajé la guardia, pues todo lo que me enseñaba era tal como lo mostraba. A su lado todo parecía sencillo y diáfano, el mundo siempre ofrecía su lado más amable.

18 comentarios:

Susana Moreno dijo...

Un gusto conocer gente así. Un beso

María dijo...

Mes estás preocupando, segurísimo que a este te lo cargas, conociéndote no va a ser posible que semejante especimen no guarde bajo tanta bondadosa sonrisa algo sórdido y espeluznante .. conste que me va a dar mucha pena porquer jo! deberías dejarlo así, necesitamos a muchos de estos aunque canten cursi .. peero lo veo venir .. mínimo pederasta : ( Un abrazo, me ha gustado mucho.. siempre, pero hoy más, mil gracias y tu optimismo en mi blog .. eso ya, ni te imaginas cómo me ha gustado.. me has hecho feliz esta mañana .. Aunque me temo lo peor aquí, soy de naturaleza confiada, así que deseo equivocarme com este Sebas tuyo ; )

J.P. Alexander dijo...

Mientras uno ame y confié en la otra persona todo va bien. Me gusto tu realto es muy humano. Te mando un beso

Cabrónidas dijo...

Intuyo que tiene que pasar entre estos dos algo jodido. Hasta ahora estás situando las piezas para el desmadre.:)

Joaquin dijo...

Muy bonito, y muy de Meg Ryan. Pero esta me suena a Dama Dama de alta cuna, de baja cama ...

Rajani Rehana dijo...

Beautiful post

Rajani Rehana dijo...

Please read my post

neuriwoman dijo...

Un personaje encantador pero como dicen por aquí: “señor, guárdame de las aguas mansas que de las bravas me guardo yo”. Como ya han comentado más arriba, algo esconde. Saludos

José A. García dijo...

Qué difícil saber con quién sí bajar la guardia y mostrarnos sin el manto de sarcasmo y violencia cotidianos.

Saludos,
J.

Chafardero dijo...

Gracias. Un beso

Chafardero dijo...

El chaval oculta algo, pero no tan sórdido como sospechas. O quizás sí

Chafardero dijo...

Pero el exceso de confianza es peligroso, como pronto se verá

Chafardero dijo...

No te falla la intuición. Se avecinan cositas...

Chafardero dijo...

Ésa es una de las canciones que cantaba el Sebas alrededor de la hoguera

Chafardero dijo...

Algo esconde, su religión es muy exigente

Chafardero dijo...

De eso anda sobrada la protagonista, y cuando baje la guardia le van a dar fuerte

J.P. Alexander dijo...

Te deseo una buena semana.

Chafardero dijo...

Gracias, lo mismo