La gente estaba mal de antes, con lo de ahora ya van cuesta abajo sin frenos. La pandemia ha dado alas a ideas peregrinas que explican qué hemos hecho para merecer esto y quién ha soltado los perros de la guerra. Unos apuestan por el clásico contubernio judeo alienígena que busca convertirnos en zombis que curren de mineros en el cinturón de asteroides. Otros ven un complot de Putin, Soros y los maragatos para implantarnos chics en el píloro. También hay partidarios de un experimento planetario de la asociación de psiquiatras argentinos para trabajarnos el ego por las bravas. Sospechamos que tras tanto desvarío lo que hay es un poco de miedo y un mucho de tedio por meter tantas horas en casa. Apuntalamos la teoría con una noticia de Bélgica, entrañable país cuyos habitantes parecen haber nacido antes de los dolores. Wim Coppens y tres colegas tienen una asociación sin ánimo de lucro dedicada a investigaciones paranormales. Hace poco declaró a una tele pública que no dan abasto con llamadas reportando todo tipo de fenómenos extraños en domicilios particulares. El personal pasa mucho tiempo en casa y acaba flipando, encontrando versos del Necronomicón en los paquetes de lentejas y viendo la sombra de Nosferatu tras las cortinas de la ducha. Meses de encierro es lo que tienen, te acabas cruzando por el pasillo el fantasma de la tía Enriqueta, ves a Elvis vaciando el mueble bar o al bajar la tapa del retrete oyes gritos ahogados de valquirias. Coppens es un tipo pragmático, asegura que la mayor parte de las incidencias tienen explicaciones pedestres, cañerías que rechinan pidiendo la jubilación, cuadros eléctricos de cuando Matusalén se meaba en la cama, la luz del espejo del baño que se refleja en la botella de Campari proyectando en el techo algo parecido al santo grial, o insectos royendo las entrañas de madera. Aun así, la clientela está alborotada, al primer crujido del parqué creen oír las trompetas del apocalipsis y luego vete tú a decirles que no es para tanto. Menos mal que por aquí esas cosas no pasan, tenemos los pies en el suelo, y generalmente fuera de casa.
10 comentarios:
Sí, menos mal que aquí no hemos perdido la chola. Como diría Asterix, ''están locos estos belgas''. De todas formas, señor Chafardero, me ha recordado usted a aquel líder religioso de 'La bestia del reino' de los Monty Python, que para atemorizar a la concurrencia con los sufrimientos que experimentará un pobre diablo al que van a lanzar por los aires en una catapulta, los relata tan bien que al final todos quieren ser lanzados por la catapulta. En otras palabras: dígame que se han tomado esos belgas para desayunar, que yo también quiero.
Todo llegara, aunque no quiero parecerme a "los belgas", la inconsistencia de quienes dicen que nos gobiernan lleva camino de afectarnos a la psique (o a lo que sea).
A nuevos tiempos, nuevos negocios. Y en esta época, que parece que estamos volviendo a la Edad Media, a juzgar por tantas cosas que se ven y se oyen, no me cabe duda de que esa es una profesión con mucho futuro. Nos reímos de los belgas, pero no hace falta salir de España para ver el tremendo potencial que hay. Y por supuesto, a nivel internacional solo con la mitad de los votantes de Trump ya hay para montar sucursales en medio país.
La cosa se ha puesto tan dura que Íker Jiménez ha renunciado a tratar fenómenos paranormales por exceso de competencia. Ahora con el coronavirus y Trump ya tiene suficiente. Por cierto, viendo el programa del domingo pasado pude enterarme gracias a los conspiranoicos habituales del programa, que en realidad Donald perdió por una conspiración torticera del establishment. Lo que nos hemos perdido en los próximos cuatro años.
Muy bueno, jajajajajajaja, buenísimo.
Enhorabuena.
@ Rodión:
Las crónicas no dan esos detalles, pero suponemos que como todo irá por barrios, unos se lo montan con cerveza y otros lamiendo sapos.
@ U-Topia:
Nuestras autoridades llevan la mascarilla muy prieta, les llega poco oxigeno al cerebro, y al final tienen que gobernar con insuficiencia crónica.
@ Rick:
Tienes razón, por aquí de siempre ha habido mucho fantasma, y con la pandemia seguro que se han mutiplicado. Sería un buen negocio montar una agencia de paranormales y subnormales.
@ doctor Krapp:
el Trump lo que tiene que hacer es contratar a estos belgas que le chequean los votos en Pensilvania en un periquete. Seguro que votó más de un fantasma sin derecho a ello.
@ Pitt Pristan:
Muchas gracias, y bienvenido por aquí.
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