Visto que el estado es incapaz de garantizar una vida digna
a gran parte de sus ciudadanos, se dedica a legislar aspectos más chuscos e
intrascendentes, no se diga que su maquinaria solo sirve para hacer desaparecer
el dinero del contribuyente. Volvemos a quejarnos contra el estado
intervencionista que cada día achica un poco más la libertad individual. El
enésimo intento de mangonear el libre albedrío proviene de Mojacar, localidad
almeriense donde la señora alcaldesa ha aprobado una ordenanza para poner coto
al desparrame de las despedidas de soltero. A cualquiera que le pillen en una
de estas clásicas cuchipandas con disfraces indecorosos, y sobre todo que
atenten contra la sexualidad, será apercibido por los funcionarios de la porra,
exponiéndose a una multa.
Quién no ha sentido la tentación, al menos una vez, de
juntarse con los amigotes e ir a tumba abierta con le excusa de que uno de
ellos va a pasar por el aro, perdón, por la vicaría. Para celebrarlo qué mejor
que disfrazarlo de Abeja Maya, pero en vez de alas a la espalda ponerle unas
tetas, drogarlo a conciencia y facturarlo para Pernambuco. Reclamamos el
derecho inalienable que asiste a cualquier gañán para follarse una muñeca
hinchable contra el quiosco de la once, marcarse un calvo ante la cámara del
cajero del Santander, o que cualquier choni y su cuadrilla se coman todas las
pollas de merengue o de otra naturaleza que consideren oportunas.
Estas fiestas reflejan la clase y elegancia de nuestros
vecinos y amigos, expresión natural del ancestral cafrerío celtibérico, y por
tanto, un bien cultural a proteger, como el Rocío o las Fallas. El estado,
puesto a meter el morro, debería intervenir para homogeneizar las distintas
tendencias con el fin de preservar la esencia de la fiesta. Se debería legislar
sobre el número idóneo de strippers, tamaños del pene diadema, estilos y
formatos de las camisetas conmemorativas, así como otorgar licencias para potar
en la vía pública y mear en las principales calles y avenidas. Todo ello para
convertir este espectáculo en algo de lo que sentirnos orgullosos y volver a
asombrar al mundo.
9 comentarios:
Me gusta el punto de vista.
Si pagaramos por estos divertimentos tan elegantes aqui comentados, con sus sendos permisos,seguramente recaudarìamos algo o bastante (según la demanda) para cumplir ese proyecto que todos los politicos prometen:bajar impuestos.Puesto que entre permisos y multas por no sacarlos,a lo mejor la recaudación podría ser astronomica- Imagina en "San Fermín".LA PERA LIMONERA!.Menos mal que esta gente aún no se ha puesto a pensar.
MOTI
Por cierto, me encanta tu blog es afable, elocuente, original, simpático e inteligente(aunque no lo creas!), ¡FANTASTICO!
aunque yo también tengo un blog ,no cabe duda que todaví me quedq mucho por aprender.
MOTI
Mi blog:elcielocojo.blogspot.com
¿Tú sabías que en la celebrada calle Laurel de Logroño y en otras de vinos de aquella ciudad han prohibido en muchas bares la entrada a gente que esté celebrando una despedida de solteros?
No es tema baladí, en Logroño hay una infección de individuos que hace el más espantoso de los ridículos con esta chorrada importada de la despedida de solteros. Un negocio a fin de cuentas para algunos hosteleros pero donde al final solo sirve para reflejar al pobre cafre que muchos llevan dentro.
La peña puede hacer lo que quiera con sus festejos pero como no nos vendan mierda en envoltorios de celofán.
Se ve que en Mojácar ya no hay problemas de entidad para resolver y solo les queda la calderilla. Ya no debe haber paro, ni baldosas sin arreglar, ni un solo problema organizativo. Vamos, que lo de Suiza a su lado es una tontería. Qué envidia, tanta perfección.
La verdad es que cuando veo estas despedidas, más bien me dan pena. No me transmiten que se lo pasen bien, sino que tienen que hacer como que se lo pasan bien haciendo el bruto/a. ¿Prohibirlos? No estoy por la labor y concuerdo contigo, el Estado cada vez se mete más en la vida de la ciudadanía y siempre para limitar y recortar posibilidades (aunque esta sea más hortera que ni sé).
@ Moti:
Muchas gracias por las alabanzas, son siempre bien recibidas.
Lo de aumentar la recaudación fiscal a cuenta de las despedidas sería una taimada manera de acabar con ellas, pero seguro que este sector se mueve en la economía sumergida.
@ Doctor Krapp:
Qué me vas a contar, he padecido en persona a los cafres que van a la calle Laurel. No sé como lo hacemos, siempre importamos las costumbres más vulgares. Mira que los yanquis tienen cosas buenas, pero de eso pasando, no se nos vaya a pegar algo.
@ Rick:
Y en cuanto metan en vereda a los de las despedidas van a ocupar el primer lugar en el ranking de calidad de vida del hemisferio norte, por lo menos.
@ U-Topia:
A mi me parece igual, es un desparrame porque toca, haya ganas o no de celebrar. Otro acto consumista sin nada detrás.
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