Una nueva nación pugna por surgir, un nuevo país lucha
por un lugar bajo el sol. Como todos ustedes estaban pensando, el nonato estado
que reclama sus derechos es Hautôvia, una pequeña entidad territorial de poco
más de trescientos mil metros cuadrados cerca de Valdebebeas, en Madrid.
Que Hautôvia se parezca bastante a un descampado entre
autopistas en quiebra y solares recalificados de forma fraudulenta no quita
para que a sus escasos mil doscientos habitantes, que no residentes, se les
llene el pecho de orgullo ante la visión de su terruño. Cualquiera puede
nacionalizarse en este utópico país con una módica aportación que le dará
derecho a un pasaporte, placa de matrícula y demás. Hautôvia dispone de
bandera, sellos y moneda propia (el auto), y prometen que poco a poco irán
inventándose la historia, fauna y paisanaje como cualquier otro estado nación
al uso.
Este país promete ser un modelo a estudiar en la ardua
disciplina del derecho constitucional, pues será el único hasta la fecha que
proponga que el presidente del gobierno se elija mediante sorteo entre todos
los ciudadanos. Visto los estragos cometidos por los designados democráticamente,
pensamos que con uno elegido a voleo no irán las cosas mucho peor.
Tras todo este tinglado está una plataforma, Trusth
Behind 404, un proyecto artístico que pretende denunciar las atrocidades
urbanísticas e intentar volver a un modelo de ciudad hecho para personas y no
para especuladores.
Como suele ocurrir, el camino hacia la independencia es
duro. Al inveterado imperialismo español se unen problemas de tesorería. Se había
confiado en un proyecto de micromecenazgo para lograr los fondos necesarios
para reclamar la soberanía, pero los tiempos no están para semejantes
aventuras. Aun así, no desfallecen en sus ansias de lograr la desanexión de
España y que Hautôvia sea una más en el concierto de las naciones.
Ya saben todos aquellos que estén buscando una patria por
la que matar y morir, emocionarse con los éxitos de la selección nacional de
tiro pichón, indignarse cuando queden antepenúltimos en Eurovisión o apalear a
todo aquel que no siga a pies juntillas las más acrisolados valores patrios:
Hautôvia es su nuevo descampado prometido.
2 comentarios:
Pues sería cosa de pensárselo. Aunque primero deberán explicar qué tipo de ideología piensa emplear su gobierno. Por ejemplo: ¿se podrá fumar en sitios publicos, como en el futuro Eurovegas?
Porque la verdad, del resto de la legislación no me espero nada diferente a lo que ya tenemos en la malvada España. O de la futura Catalunya liberada.
En la futura Cataluña libre solo se podrá fumar en catalán, mientras que en Hautovia se podrá encender puros en cualquier idioma.
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