lunes, 29 de octubre de 2012

De anillos y fusiles


La vida es un deporte de riesgo, no en vano nadie sale vivo de ella. Pero los hay que apuran sus posibilidades al máximo. Son tantos los peligros que nos acechan desde que nuestra madre nos echa al mundo que parece mentira que la podamos contar. Enfermedades, terremotos, gobiernos, todo se vuelve hostil a nuestro alrededor. Pero los hay que nunca acaban de ver el peligro y dan un paso más hacia el abismo. Hablamos de la gente casada, los que ligan su destino al de otro congénere para abrir la caja de Pandora.
Hay seres que no contentos con sus propias desgracias cargan también con las ajenas. Además de disfrutar del espíritu protector de su madre se regalan con la mirada reprobadora de la suegra. Junto al hermanito que vuelve a casa por navidad a gorronear estará el cuñado que le sablea todos los fines de semana, sin olvidarnos de los inefables primos del pueblo y su torpe afán de visitar a tu media naranja siempre a contrapelo. Dejamos de lado los eternos tiras y aflojas entre la pareja unida por el vínculo matrimonial pues daría para escribir varios tratados y no llegar a acuerdo alguno.
Por ello el anuncio de que un joyero de Iowa regala un fusil a los novios que se gasten más de 1999 dólares en un anillo de compromiso parecería algo normal en la mentalidad armamentística yanqui, pero la noticia tiene más chicha de la que parece. Aunque el joyero dice que el fusil es para que el novio vaya a cazar ciervos, en verdad lo que quiere es darle un arma con la que defenderse en la selva del matrimonio, donde solo se aplica la ley del más fuerte. Otra cosa es que sea suficiente, porque la caza mayor es un juego de niños comparado con una entrañable comida familiar.

lunes, 22 de octubre de 2012

Tasca, el negocio del futuro



De la crisis se sale con iniciativa, innovación, creatividad, no siguiendo los viejos patrones que ya se ve para que nos han servido. O eso dice la teoría. En la práctica todo sigue igual. Cuatro personalidades de las más dinámicas de la sociedad andaluza están poniendo toda la carne en el asador para sacar adelante... una tasca, el negocio español por excelencia.
Por un lado se han unido Francisco Rivera, señorito andaluz de toda la vida, castigador de toros dentro de la plaza y de hembras fuera, con Carlos Herrera, comunicador comprometido, penúltimo gurú de la ondas. Por otro lado Jose Mari Manzanares, torero en boga a zaga de su padre, y Sergio Ramos, pilar de la selección, pieza clave en el Real Madrid y una de las mentes más despejadas que se recuerdan. Estas dos parejas han pujado en Sevilla por una antigua lonja de pescado que quieren reconvertir en un emporio del lujo del cuchillo y tenedor, lo que se traducirá en que las gambas en vez de con gabardina irán con visón y hará falta la visa oro para pagar una ronda.
Parece ser que el ayuntamiento ha concedido la licencia a la terna formada por Rivera y Herrera, pero la pareja contraria piensa recurrir la decisión, y con la afición que tienen los famosillos a los pleitos, no nos extrañaría que el litigio acabara en el tribunal internacional de derechos humanos.
 En todo caso, un ejemplo a seguir. La hostelería es un sector en continua expansión, y más ahora que cada día hay más desocupados para que pasen las horas muertas sujetando la barra del bar. Nada de tentar a la suerte con negocios innovadores cuando se sabe que la felicidad consiste en ver el fútbol o los toros en la tasca mientras trasiegas unos pescaitos fritos. Esta es la España del futuro, futbolistas y toreros como motor de la economía.

lunes, 15 de octubre de 2012

El chacachá del tren

Negro es negro por Edika

Desde que la alta velocidad campa por las vías férreas el viaje en tren ha perdido parte de su encanto. Escenas como ésta en que hombres y mujeres (y ocasionalmente algún semoviente) de procedencia dispar y fines a veces divergentes, por unas horas compartían estación de destino mientras intercambiaban viandas y miradas, hablaban de la aurora boreal o de la hija de don Juan Alba que quiere meterse monja, han dado paso al aséptico acarreo de personas. Porque hoy ya no se viaja en tren, se ha convertido en un triste y anónimo viaje  en metro, pero superficial.

lunes, 8 de octubre de 2012

Romería militar


La economía no es más que una lista de prioridades. Tanto dinero hay y en esto y esto se va gastar, y si sobra pues ya veremos si  también en aquello. En época de vacas flacas hay que hilar muy fino para cuadrar las cuentas, sobre todo cuando hablamos del erario público. Por eso sorprende, para bien, que este gobierno del que nos hemos dotado tenga clara las verdaderas necesidades de sus gobernados. No habrá dinero para escuelas u hospitales, el presupuesto para ciencia o desempleo esta en plena edad de hielo, pero el flanco de la fe está bien cubierto, manu militari.
Y es que se oyen aleluyas y por todos los ámbitos suenan salves al divino creador cuando leemos con arrobo que el gobierno se ha gastado más de doce mil euros en que una delegación del ejercito y de la guardia civil vayan a Lourdes de peregrinación. A lo que parece, tan pía expedición la llevamos sufragando desde 1958 en el marco de la PMI (peregrinación militar internacional) que  dicen sirve para promover lazos de colaboración y fraternidad entre los 35 paises que la integran.
Pensabamos que el papel del ejercito era dar caña al enemigo, no el de confraternizar con él. Qué lejos quedan ya los tercios de Flandes o los conquistadores de América, matando indios del Caribe a la Patagonia con la espada en una mano y la cruz en la otra. Ahora van todos en comandilla a Lourdes, en vez de  a Santiago a marchas forzadas a rendir pleitesía al matamoros. No vamos a proponer que se bajen hasta el Rocío que ya sabemos que a la guardia civil le va más lo de dar tortas que palmas. Pero alguna virgen perdida a la que peregrinar a un precio más apañado podían haber buscado. Lástima de antidisturbios, que bien estarían de romería hacia Jerusalén, que entre que van y vienen viviríamos tranquilos una temporada, y ellos se ganarían el cielo.

lunes, 1 de octubre de 2012

Curso de asesor electoral


Como cada vez es más difícil engañar incautos conviene profesionalizarse. Por eso hoy ofrecemos nuestro primer curso de asesor electoral para ayudar a que cualquier zoquete se apoltrone con cargo al presupuesto. Con nuestro avanzado sistema pedagógico se convertirá en un consumado agitador de masas, manipulará a su antojo el cuerpo electoral, y se pasará por el arco del triunfo la voluntad popular. Bajo el lema donde dije digo digo Diego y ni pestañeó aprenderá los rudimentos de la jerigonza política. Enseñe a su candidato a alabar la consolidación fiscal en vez de las subidas de impuestos, la optimización de recursos y no recortes, o crecimiento negativo de las rentas del trabajo en vez de bajada salarial. Gracias a usted el cetrino candidato a la presidencia de la diputación dispensará miradas seráficas o el alcaldable de turno bendecirá las masas como San Francisco.
Elabore programas electorales en tormentas de ideas a base de carajillos. En campaña electoral ofrezca cada día una propuesta de empaque y altas miras, tal que una nueva regulación del trasiego de marisco en sectores de desocupados, no les vayan a subir los triglicéridos.
Con el primer fascículo, totalmente gratis, un informe sobre las principales características de nuestros partidos políticos. Enseñe a los del PSOE que ser progre no está reñido con el lujo asiático, o a los del PP a colocarse el jersey sobre los hombros para dar imagen de cercanía cuando se codean con la plebe.
Asegure su futuro prometiendo el oro y el moro, que los mentirosos heredarán la tierra.

lunes, 6 de agosto de 2012

Cerrado por descanso del personal


Después de la más grande historia sobre el deporte rey jamás contada se impone unos días de profunda reflexión, preferiblemente  bajo una palmera en algún lugar del trópico. Si no fuera posible también pueden estrujarse las meninges tras  una peña de la sierra de Gata o en la ribera cenagosa de algún agostado pantano. Nosotros erraremos hacia donde se pone el sol camino de la verdad esférica. Agradecer a nuestros lectores la paciencia y el tiempo que han dedicado a esta página y desearles feliz verano. Volveremos en octubre con renovadas ganas. Mientras, una cancioncita muy estival.

lunes, 30 de julio de 2012

La fe esférica (12-12)


Tres días con sus tres noches duró la locura. En todo el mundo los muertos se contaban por miles y los heridos rebosaban los hospitales. Hasta que extenuados de tanto dar patadas no caían desmayados, no paraban los afectados de driblar a todo el que se ponía por delante e intentar meter goles. Javier salvó la vida parapetado en el banquillo, pero no así trece de sus chicos que vieron como el día más importante de sus carreras era también el último. Matías murió intentando rescatar el Santo Grial. De Zacarías nunca más se supo, engullido por la forofa marabunta. Edgardo apareció en la habitación de su hotel, donde se refugió para cortarse las venas en la bañera. El final catastrófico de su plan y la pérdida de la fuente de poder de la orden le habían convencido de que no era digno de seguir viviendo. El resto de componentes de la orden se desvanecieron ante el temor de que las autoridades los pusieran a la sombra, pues ya sus pesquisas apuntaban en esa dirección.
Tengo que seguir haciéndome el loco hasta que los de la poli me dejen en paz. De todo el equipo y la directiva, solo yo y dos jugadores hemos salvado el pellejo. Creen que somos los culpables de la locura desatada, pero yo hago que no me acuerdo de nada, que solo entrenaba y nada más. Ahora es cuando ha recaído sobre mí la gran responsabilidad de volver a alzar los muros de nuestra antiquísima orden. Cuando estaba semi sepultado entre las ruinas del estadio olímpico el ángel del Sumo Seleccionador se me apareció y me dijo: “No temas Javier, que has hallado gracia a los ojos del divino Seleccionador y desde hoy las generaciones venideras loarán tu nombre. Grande es la misión que te encomendamos pero sabemos que serás capaz de llevarla a cabo. Pronto habrás de recrear en la tierra el Maracaná celeste, espejo en el que todos los hombres verán la grandeza del Supremo Seleccionador” Mientras ese día llega, dedicaré todas las potencialidades de mi alma a reverdecer los laureles de la verdadera fe esférica y a que la humanidad no aparte los ojos del terreno de juego, único lugar donde se puede mirar para encontrarle un sentido a la vida.

lunes, 23 de julio de 2012

La fe esférica (11-0)

priorato balon dorado pribado

Pero algo inesperado ocurría. Cuando otras veces se había utilizado el Sacro Silbo para domeñar voluntades, las víctimas habían quedado abotargadas, esperando recibir órdenes de sus nuevos amos. En cambio, ahora, toda la gente del estadio estaba inquieta, no paraban de ir de un lado a otro. Supuso Edgardo que, al reproducir el sonido taumatúrgico por medios electrónicos, variaría algo el efecto producido. Aún así, al quitarse los tapones y ver al presidente de la república italiana riñendo con el presidente del gobierno español por una bola de papel caída entre las butacas le extrañó un poco. Enseguida observó que la gente había invadido el campo, no para felicitar a los jugadores, sino para quitarles el balón y jugar ellos. Se montó un gigantesco partido entre cientos de aficionados persiguiendo la pelota del partido  y otras que encontraron en las inmediaciones, además de las que se improvisaron con bolsas de plástico, periódicos, ropa liada,  o cualquier cosa que pudiera ser utilizada como pelota: zapatos, móviles, bolsos, sombreros o bocadillos. Todos querían jugar al fútbol, fuera en el campo o en la más alta grada, y el que tuviera entre sus pies algo que valiera de balón tenía rápidamente un adversario presto a disputárselo a cara de perro. Se inició un caótico partido de todos contra todos como en los patios de colegio. Volaban patadas y balonazos a diestro y siniestro. Entradas por detrás, plantillazos, obstrucciones, zancadillas cuando no palo y tente tieso, todo valía en la nueva era recién inaugurada. Edgardo consiguió salir a duras penas del palco donde el premier inglés acababa de romperle la tibia al presidente de la comisión europea e ir en busca de Matías y Zacarías, que también miraban perplejos la batalla campal en que había acabado su plan. Para Zacarías estaba claro que la reproducción electrónica del silbido había alterado la sustancia del divino mensaje, de tal manera que lo que tenía que ser sumisión y entrega a los designios del Priorato era una histeria imposible de controlar. La masa enloquecida no atendía los llamamientos de los miembros de PRIBADO, solo pensaba en jugar al fútbol con ansia asesina. Matías había visto a mucha gente caída en la refriega, y los jugadores habían desaparecido entre las hordas que invadieron el terreno de juego. Las fuerzas de seguridad eran las peores, que hacían uso de su material para jugar con ventaja, oyéndose primero tiros aislados y luego ráfagas de metralleta. Todos corrían tras todo lo que pareciese un balón y arreaban leña sin compasión a todo el que osase disputárselo.
El triunvirato del Priorato, los únicos cuerdos en ese pandemónium, intentaron salir del campo, pero cuando estaban a punto de lograrlo una horda de gente procedente de la calle les pasó por encima dejándolos maltrechos. Una vez fuera comprobaron horrorizados que hombres y mujeres de toda laya jugaban a lo loco por las calles, dándole patadas a las papeleras, farolas, semáforos, portales, escaparates y todo lo que se ponía a tiro. A la puerta de una trattoria un viejo con sotana mareaba a una moza bien rolliza con un libro de Césare Pavese hasta que un hombre con la camiseta del Injerto le arreó una patada en la entrepierna y huyó con el supuesto esférico; un crío mordía a otro para robarle la bolsa de patatas fritas con la que pretendía hacerle un caño y en mitad de la avenida una dama con traje de noche no tenía reparos en arrearle los paraguazos que hicieran falta a un camionero para que dejara una lata de aceite a tiro de sus zapatos de tacón.
Todos los que habían oído el fatídico silbido solo vivían para jugar al fútbol de forma desenfrenada. Millones de personas en todo el mundo daban patadas a diestro y siniestro ante el pánico de los demás. Edgardo y sus secuaces intentaban salir del caos pero no hacían más que recibir por todas partes. “No es esto, no es esto” repetía machaconamente Edgardo, todo su pelo cayéndole sobre la cara, recibiendo codazos y coces sin sentirlas, los ojos fuera de las órbitas. En una de las acometidas de la chalada hinchada Matías cayó al suelo, con tan mala suerte que un fornido hooligan tomó su cabeza por un balón reglamentario y le arreó una patada digna de falta directa desde el borde del área. Totalmente fuera de juego, Matías siguió recibiendo cuan largo era patadas de los posesos que la tomaban con todo lo que fuera susceptible de rodar. Un centro chut que le arrancó parte de la chaqueta hizo volar por los aires el estuche en el que reposaba el Silbo Sagrado. Cuando éste caía, una vieja con la cara ensangrentada lo remató de cabeza, y al llegar al suelo seis orates saltaron a la vez a por él, presionándose unos a otros base de patadas en la boca. En medio de esa melé se perdió el rastro del Sagrado Silbo, aunque una tradición no oficial del Priorato dice que acabó en una alcantarilla, desde donde las aguas acabaron depositándolo en el seno de la Cloaca Máxima.