lunes, 22 de octubre de 2012

Tasca, el negocio del futuro



De la crisis se sale con iniciativa, innovación, creatividad, no siguiendo los viejos patrones que ya se ve para que nos han servido. O eso dice la teoría. En la práctica todo sigue igual. Cuatro personalidades de las más dinámicas de la sociedad andaluza están poniendo toda la carne en el asador para sacar adelante... una tasca, el negocio español por excelencia.
Por un lado se han unido Francisco Rivera, señorito andaluz de toda la vida, castigador de toros dentro de la plaza y de hembras fuera, con Carlos Herrera, comunicador comprometido, penúltimo gurú de la ondas. Por otro lado Jose Mari Manzanares, torero en boga a zaga de su padre, y Sergio Ramos, pilar de la selección, pieza clave en el Real Madrid y una de las mentes más despejadas que se recuerdan. Estas dos parejas han pujado en Sevilla por una antigua lonja de pescado que quieren reconvertir en un emporio del lujo del cuchillo y tenedor, lo que se traducirá en que las gambas en vez de con gabardina irán con visón y hará falta la visa oro para pagar una ronda.
Parece ser que el ayuntamiento ha concedido la licencia a la terna formada por Rivera y Herrera, pero la pareja contraria piensa recurrir la decisión, y con la afición que tienen los famosillos a los pleitos, no nos extrañaría que el litigio acabara en el tribunal internacional de derechos humanos.
 En todo caso, un ejemplo a seguir. La hostelería es un sector en continua expansión, y más ahora que cada día hay más desocupados para que pasen las horas muertas sujetando la barra del bar. Nada de tentar a la suerte con negocios innovadores cuando se sabe que la felicidad consiste en ver el fútbol o los toros en la tasca mientras trasiegas unos pescaitos fritos. Esta es la España del futuro, futbolistas y toreros como motor de la economía.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues sí. Un perfecto reflejo de las portentosas mentalidaes empresariales españolas: señoritos con pasta montando tenederetes para los de su misma condición. Si no fuese una tasca sería una tienda de lujo; porque claro, eso de meterse a constructor -que es siempre la otra opción para este tipo de cerebros- está un poco en baja ahora mismo.
Al final, lo de siempre: que inventen ellos. Los de fuera. A nosostros ya nos va muy bien así.

Chafardero dijo...

@ Rick:
Si exportáramos nuestro modelo, el mundo temblaría.