lunes, 12 de octubre de 2020

Altares en llamas


 

La vida sexual del clero, en teoría inexistente, siempre ha dado mucho juego. De hecho, a más de un seglar le gustaría ser tan activo sexualmente como lo son algunos clérigos. Desde la altura que les proporciona estar más allá de lo humano y de lo divino, se atreven con numeritos que ni a la gran ramera de Babilonia se le ocurrirían. La sana doctrina solo permite un misionero conejero con la luz apagada y luego un rosario por si en mitad de la coyunda se ha colado algún pensamiento lascivo. Pero los ministros del señor le ponen más imaginación, ya que pecas no te quedes a medias. Eso debió pensar Travis Clark, sacerdote católico de St. Tammany, en el remoto sur de los USA. A sus treinta y siete años quizás sentía que la parroquia que le cayó en suerte era bastante aburrida, solo cuatro viejas cuyo mayor pecado sería que se les fuera la mano con el chorro de Bourbon que le echaban al café, y ya se sabe que la ociosidad es la madre del pecado. Además del verbo divino, Travis necesitaba otros alicientes, por lo que montó un trío en el altar mayor con dos dominatrix. Mientras las buenas samaritanas le penetraban con sus vergas de goma, en una experiencia religiosa que no desmerecería las tenidas por Santa Teresa, y se grababan con un móvil, acertó a pasar por allí un feligrés que tras observar la escena y no apreciar intención eucarística alguna en ella, llamó a la policía. El trío calavera acabó en la cárcel, luego en libertad con cargos, y finalmente el cura suspendido de su función de pastor de almas, en vista de cómo pastoreaba los cuerpos. Las chicas suponemos que con la fama ganada habrán subido el caché por sus servicios, sea en lugar sagrado o profano.

Es comprensible que el jefe de Travis, el arzobispo Aymond, no esté nada contento con las fiestecitas que montaba su subordinado. Ha grabado un video en el que, aparte de pedir perdón por la actitud de otro cura al que se le fue la mano con un menor, informa que ha mandado quemar el altar mancillado por el acto sacrílego. El fuego purificador siempre le ha gustado a la jerarquía, y es lo mejor para quitar el olor a sexo sucio que desprendía el retablo. Es una represalia precipitada. Los caminos del señor son inescrutables, y en verdad creemos que con este hecho nos está mandando un mensaje de calado. Con la continua bajada de público que sufren en sus locales convenía que actualizaran sus rituales, y estos tríos molan más que el de Cristo entre los ladrones.


lunes, 5 de octubre de 2020

El tiempo entre costuras

beto hernández costuras bragas
Locas Beto Hernández


 

Según recientes estudios realizados por la prestigiosa universidad de Miskatonic, llevar las costuras de las bragas al derecho aumenta las posibilidades de encontrar pareja. Con las bragas bien puestas se manda un inconfundible mensaje de orden y responsabilidad. Llevarlas al revés o incluso ir sin ellas tampoco supone un problema para muchas, que así ven una manera de saltarse los convencionalismos sociales. Después están las despistadas como las de Beto Hernández, que no saben ni cómo las llevan, teniendo que recurrir a métodos expeditivos. En fin, ahora que llega el otoño, recomendamos más que nuca que haga el tiempo que haga ponte bragas, a ser posible a juego con la mascarilla.