Un nuevo problema viene a inquietar a los españoles muy españoles que se visten por los pies, los de pelo en pecho y mear en pared. A las mil calamidades que padece la patria, culpa del contubernio socialcomunista que nos gobierna, se une ahora una nueva vía de agua que amenaza hundir el buque de la nación. La revista de sanidad de las fuerzas armadas ha dado la voz de alarma: nuestros militares están gordos, sobre todo los de la Armada.
Mediten sobre las graves implicaciones de esta noticia. Nuestra reserva espiritual convertida en reserva de grasa. Parece que los principales ejercicios tácticos a los que se entregan son emboscarse en churrerías, el bombardeo de empanadillas, ametrallamiento con croquetas de cocido, o el asedio y asalto de bodegas. Nuestra gloriosa armada, antes ejemplo inmortal de valor y abnegación, navega ahora con diez lorzas por banda y vino tinto bajo la vela. Aquellos que un día quemaron sus naves para no retroceder, hoy las utilizan para hacer barbacoas. Aquellos que dieron la vuelta al mundo por primera vez, hoy poco más hacen que darle la vuelta a la tortilla.
La revista sugiere ponerlos a dieta. Habría que quitarles las dietas también, que se las gastan en torreznos. También recomiendan, no sabemos si irónicamente, que hagan más ejercicio. Tenemos un ejército muy sedentario, incapaz de hacer una guerra relámpago, a no ser que sean de chocolate. Para los que amamos la patria por encima de todas las cosas es un sufrimiento saber que nuestra primera línea de defensa sea cada vez más gruesa. Además, la dieta puede minar la moral de la tropa. Llegado el momento supremo de darlo todo por la patria, ¿serían capaces de hacerlo por unas acelgas al vapor? Nos asaltan las dudas, pero siempre podemos confiar para que nos proteja en la cabra de la legión, la única que mantiene la línea.
12 comentarios:
jajaja ¡qué bueno CHAFARDERO! Has estado sembrado en esta entrada, genial! Estamos apañados con nuestra tropa marinera, tines razón deben pasarse la vida entorrijados de no hacer nada porque claro, a las misiones humanitarias va el ejército de tierra y salvo el conflicto de la isla Perejil que yo recuerde -y está claro que la entidad del pedrusco no merecía hacer un desembarc- no hemos tenido conflictos bélicos en el mar, salvo con las planeadoras de los narcos y a esas las persiguen en lancha no con estos bichos enormes, vamos que no me extraña nada que engorden estos pobre, si es que no les damos nada donde entretenerse, van a tener que hacer simulacros en el estanque del Retiro para adelgazar o dejar el barco y darle a los pedales ; )
Muy divetida , sí Sr. gracias!
Un abrazo!
Que se pongan a dieta que la patria así lo requiere, no puede ser que se los necesite y no puedan cumplir con sus obligaciones por culpa de las lorzas..., madre mía cómo estamos, ¿así quién va a representar el orgullo patrio?
Menos coñas a cuenta de la Armada que me comió 18 meses de comida y hasta ejercí de ayudante de cocina.
Doy fe que he visto en aquellos primeros 80 en una enorme cámara frigorifica piezas de los años 50 procedentes de la Argentina de Perón, ese "lider izquierdista", que proporcionó carne a los depauperados españoles de los primeros tiempos de la dictadura.
En vez de "comida" ponga usted "vida" en el primer párrafo.
¿No dicen que los ejércitos han de representar a los pueblos que defienden? Pues yo veo cada vez más gordos por la calle, y cada vez más jóvenes. Así que la cosa cuadra. El problema no está solo en el ejército, por desgracia.
Como siempre, has dejado un texto vivo e ingenioso. Sobre la noticia, decir que la propia noticia es una ironía con mayúsculas. En los tiempos que vivimos, como dicen por arriba, la obesidad es un problema bastante generalizado, así que antes o después tenía que llegar incluso a quienes, por profesión, parecían estar protegidos contra ella. Al menos, esto no toca a los bomberos, o eso quiero pensar. Su labor es esencial en el día a día. Sería poco conveniente que, teniendo que correr a apagar un incendio, solo llegasen a quemar sus propias calorías.
Emulando a la gran flota de Indias, podían remontar el Guadalquivir en barcos de pedales, así darían colorido a la zona
Pues sí que dio comida, si las sobras llegaron a los ochentas. Y tu parte de culpa en cebar a la marinería la dejaremos correr
Pero en caso de amenaza exterior tendremos que recurrir a la tuna, que con sus brincos son los únicos que están en forma
Tengo un amigo bombero y está cañón, y eso que no es de los que sale en los calendarios. Por ese lado estamos a salvo
¿España no había perdido su armada cuando se enfrento a Isabel I?
Me quedé en el tiempo.
Saludos,
J.
Sí, pero volvieron a montar otra, y luego otra, y otra, hasta ahora
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