lunes, 15 de junio de 2020

A vivir

                 

Con el permiso de la autoridad y si el virus no lo impide dentro de poco podremos volver a nuestros diarios quehaceres. El largo parón ha ampliado la lista de tareas pendientes, pero poco a poco nos pondremos al día. Todos los abrazos postergados irán llegando a sus destinatarios, volveremos a brindar al sol y a la sombra. Retomaremos las charlas sobre la interacción entre la materia oscura y la mantequilla, los amaneceres a calzón quitado, los paseos por las viejas alamedas y la tranquila observación de las simples cosas. Muchos querrán peregrinar a donde nunca pasa nada a ver qué ocurre ahora, llenar los pulmones de aire fresco o terminar el estudio anatómico de las nubes. Otros volverán a los deportes de riesgo, como botar barquitos de papel en ríos de montaña o jugar a rayuela a ciegas. Los hay con ganas de bailar sin concierto en conciertos y de cambiar el balcón de casa por el del escote de la vecina. Algunos ya vagan sin prisas entre las estanterías de su librería favorita, están de safari en busca de tréboles en las grietas del asfalto o deconstruyendo el bocata de calamares. Los hay que no pueden esperar a que caiga la manzana del árbol y los que aplican la topografía algebraica al talle de los vestidos de verano. Por si fuera poco, Rigoberta Bandini tiene también su propia lista de tareas en la preciosa canción que acompaña al artículo, quizás alguna os convenga. Manos a la obra y a vivir.


2 comentarios:

Doctor Krapp dijo...

Pues no veo la canción. Respecto a esas sabias reflexiones poco hay que decir, por lo atinadas que son. Respecto a si hemos vuelto a la normalidad, tengo mis serias dudas mientras el bichito siga dándonos sustos aquí o allá según le convebga.

Chafardero dijo...

Sí, es la nueva normalidad, a ver lo que dura.