lunes, 18 de diciembre de 2017

Putin calendario

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No hay nada más triste que ver correr el tiempo, por eso la gente intenta suavizar su pérdida a base de los más variados temas y motivos que adornan los calendarios, género que año a año se reinventa. Solo en la memoria de algunos quedan aquellos almanaques que eran como estampitas gigantes, con una inmaculada concepción rodeada de angelotes de Murillo o un Abrahán a punto de degollar a su hijo que tanto reconfortaba a los meapilas. También estaban los utilizados como regalo corporativo, tal que Sanitarios Peláez servicio a domicilio o Reaseguros El Deceso Feliz, que daban impronta y enjundia en las cocinas de nuestras madres. Un subgénero en sí mismo eran los calendarios de la caja de ahorros, por los que los jubilados hacían colas kilométricas y que te descubrían los más pintorescos rincones de la provincia. Los de chicas en pelota picada para alegría de profesionales del camión y otros sectores productivos eran muy cotizados, que en su contemplación parecía que el tiempo se detuviera. Hoy se pueden ver también los de bomberos buenorros por una buena causa o los de amas de casa del montón que se quitan el sostén para sostener a su prole.
Como en otras ocasiones, en este sector los rusos nos llevan mucha distancia, como demuestra la noticia de que el calendario de Putin para el 2018 ya se ha agotado. El mandamás de todas la Rusias ha dejado por un rato de meter mano al procés o de marear a los yanquis y ha regalado a sus fans y votantes un calendario en el que aparece ora bucólico, ora belicoso, navideño, ecologista o lo que se tercie. Lleva varios años saliendo en almanaques con gran éxito de público, no sabemos si femenino solo o si algún macho patriota ruso también enmarca la foto del salvador de Rusia entre botellas de vodka.
Confiamos que esta moda no contagie a nuestros políticos, que con lo que les gusta presidir eventos, aunque sea el encabezamiento del mes de febrero, pueden ser la pesadilla después de navidad. Imaginen por un momento un almanaque a base de los más granado del ganado político. Una foto de Rajoy madurito pero resultón, fumándose un puro mientras recorre alguna corredoira al trote cochinero. Pablo Iglesias y su clasicismo progre quedarían bien enmarcados en una feria medieval, en un puesto vendiendo piedras con frases de autoayuda. Albert Rivera y su sexapil constitucionalista estaría divino de la muerte en la sección de menaje de cocina del Corte Inglés promocionando sartenes. El guaperas populista de Pedro Sánchez daría el pego expendiendo buñuelos en alguna feria de barrio con el delantal lleno de lamparones.
En fin, que con semejante calendario el tiempo se nos iba a pasar volando, solo por ir arrancando cuanto antes las páginas.

4 comentarios:

Doctor Krapp dijo...

Yo a Albert Rivera lo veo más bien entre sacos de harina en el obrador de una panadería. En el caso de Putin no desdeñaría la posibilidad de que esos calendarios llevasen un chip incorporado para vigilar al personal desde eses fríos ojos esteparios
Saludos y Felices Fiestas

Rick dijo...

Uf. Estoy imaginando que herr doktor tenga razón y Putin venga con chip incorporado. Desde el calendario controlaría los ordenadores y los teléfonos, vería qué canales de televisión eligen los incautos habitantes de esa casa...

Desde luego los líderes de aquí serán más ridículos, pero también menos letales. Creo.

Chafardero dijo...

Qué idea más maquiavélica. El señor Putín con el oído puesto para saber si hablan mal de él.
Felices fiestas

Chafardero dijo...

Letales no, pero a pelmas no les gana nadie.