sábado, 14 de julio de 2007

America´s cup


Vaya por delante mi absoluta ignorancia en esto de la vela y de la America´s Cup de marras, así que los entendidos mejor pongan popa hacia otros puertos. Mi experiencia marinera es básicamente literaria, y vengo a comentar la extrañeza que me produce nuestros modernos navegantes.

Dura ha sido siempre la vida de la mar, y sus gentes siempre han ceñido un halo de fatalidad, heroísmo cotidiano, aventura romántica y lucha con la naturaleza. Desde el barquito de pescadores que faena a la orilla de la mar, a los grandes veleros que cruzan océanos y doblan cabos con el afán de ir siempre más allá, era un oficio de gente dura y solitaria, consciente de que en cualquier momento un golpe de mar podía echar sus vidas al fondo. Pero en estos tiempos modernos que nos toca vivir el navegar en velero es un deporte de pijos de agárrate y no te menees. Esos piratas que asolaban los siete mares en raudos bajeles llenos de la escoria de la sociedad se han tornado pulcros chicos a los que los elementos parecen respetar pues vuelven a puerto más acicalados de lo que salieron.

Si mi adorado John Silver levantara la cabeza desde su isla del tesoro, vería que los de su gremio no usan pata de palo sino calzado náutico capaz de adherirse a las cubiertas más movedizas. Nada de parches en el ojo, que con unas gafas Louis Vuitton modelo giant size se otea el horizonte con más estilo. Niki de lacoste de colores veraniegos siempre recién planchado, que las blusas atadas a la cintura ya no son tendencia. Y no me paro en el proceloso mundo de los complementos, desde las correas para móviles a las gorras, porque naufragaría víctima de los vientos más kisch.

Siempre un poco más lejos era el lema de Corto Maltés, también capitán de velero, cínico y sentimental, que desde el mar de las Antillas hasta el de la China nos enseñó a amar la aventura, a cruzar trópicos mágicos y arribar en islas de leyenda. Pero estos chicos de la America´s Cup dan vueltas y vueltas a lo que ellos llaman campo de regatas, y parece que toda la meta de su periplo es virar unas bollas colocadas en mitad de ningún sitio y vuelta pa tras. Tantas generaciones de exploradores y descubridores al fin han dado en unos como navegantes de salón, que ni al pasillo se atreven a salir, no sea que les lleve alguna corriente. Y con GPS, que todavía se nos van a perder.

Cantaba Espronceda al pirata orgulloso e individualista que no tenía más bandera que la suya y su patria su bajel. Hoy en día van todos patrocinados de proa a popa y cada centímetro de lona se vende al mejor postor. “El Desafío español” va pintado de arriba abajo con los colores de Iberdrola; imaginaros a “El Temido” de nuestro pirata romántico con la vela mayor bien henchida y el lema “La manchega de molinos. Energía limpia”, y en la banda de estribor un cartel que rezara “Capa zamorana, la capa más galana” ¿Con que autoridad te ibas a echar al abordaje con esas pintas? Eso sin contar que navegaba en un cascarón de nuez parcheado con estopa y brea y unos cuantos remiendos de madera. Los modernos barcos, fabricados con materiales de última generación como el metafeldespato de poliadamantium, capaz de resistir la envestida de bancos enteros de anchoas asesinas, logran un índice de deslizamiento sobre la masa acuática de tal calibre, que a poco que sople el viento, el empuje obtenido es directamente proporcional a la capacidad neuronal de la tripulación al cuadrado.

Otra cosa que no comprendo es como no se ha cedido el puesto de patrón al rey. Sabida la vinculación que la primera familia tiene con este deporte, y que el Bribón del rey ha competido siempre a gran nivel, que le costaría a la federación darle esa alegría.

Ya sé que me diréis que no es muy procedente el comparar piratas y pijos, o capitanes de fortuna con deportistas de élite, pero ya os dije que iba a enfrentar mis marinos de ficción preferidos con estos grumetillos. Y salen bien parados, que los podría haber echado a pique a base de piropos de la cosecha del capitán Haddock como hatajo de cataplasmas, macrocéfalos, sátrapas, cromañones de pacotilla y otras lindezas, pero no voy a caer en la descalificación fácil, porque en el fondo a mi esta gente me trae al pairo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Boyas,marinero, boyas