En exclusiva mundial, les ofrecemos el impactante momento en
el que un tractor neoliberal asalta las finanzas públicas. El saqueo se produjo
a plena luz del día con total desfachatez. El vehículo es propiedad del fondo
buitre Crédit Cretien Cretiné, conglomerado de especuladores que pasan de la
ingeniería financiera y se dedican a la demolición económica. En esos momentos
la policía estaba colaborando en un desahucio, por lo que no tuvieron tiempo ni
de levantar atestado. El gobierno, por su parte, promete crear una comisión
rogatoria con fines informativos que establezca la naturaleza de los hechos.
Tras el brutal asalto, el conductor huyó a un paraíso fiscal, no sin antes
demandar al estado por los desperfectos producidos en el tractor. Seguiremos informando,
si nos dejan.
lunes, 3 de diciembre de 2018
lunes, 19 de noviembre de 2018
Quitarse años
Siguiendo con los tópicos rancios, hoy veremos como le dan
la vuelta cual calcetín al adagio el amor no tiene edad. Emile Ratelband es un
holandés de sesenta y nueve años que según él todavía está de buen ver. Tanto,
que en aplicaciones para ligar tipo Tinder el galán se las lleva de calle, y
más que pillaría si a muchas no les echara para atrás la pila de años que
acumula. El médico le ha dicho que pasaría por un hombre de cuarenta y nueve,
así que el bueno de Emile ha decidido cambiar su edad real por la que aparenta,
exigiendo en el juzgado que en su carné de identidad figuren solo cuarenta y
nueve primaveras.
Todavía están estudiando el asunto, pero a priori pinta mal
para nuestro don Juan. En el caso de que atendieran su demanda y la peña
pudiera quitarse o ponerse años a voluntad, esto iba a ser un cachondeo. Desde
luego, sería la manera más fácil y barata de lograr el elixir de la eterna
juventud. Veríamos mozas de dieciocho años con tacatá, muchachos en flor con
cachava y dentadura postiza, niñatos en la edad del pavo con alzhéimer, o galas
de la MTV llenas de adolescentes desquiciadas escuchando a Lady Gaga con Tena
Lady. Los geriátricos estarían controlados por pandilleros que se citarían en
el comedor para una batalla campal a base de puré y Lorazepam. Podrías darte el
lote con una menor de edad que recibió la primera comunión con la duquesa de
Alba, o irte de vacaciones con un veinteañero que hizo la mili con Millán
Astray.
En fin, que cuanto más joven, más pellejo. Los únicos que
saldrían ganando de todo esto sería los de la seguridad social, pues nadie iba
a llegar a la edad de jubilación. Pero siempre habría vagos que a los dieciocho
se pusieran sesenta y cinco a ver si pillan una pensión.
Etiquetas:
revolución sexual
lunes, 12 de noviembre de 2018
Amor, amorcillas hueles
El amor es el tema recurrente de gran parte de la
literatura. Sobre tan sublime sentimiento es difícil decir nada que no haya
sido mil veces repetido. Que sin tu
media naranja no estás completo, que contigo pan y cebolla, que somos una
unidad de destino en lo personal, o que así, así no te querrán. Si pasamos
revista a los que en amar es todo su ejercicio encontramos un amplio catálogo
de figurones: desde los amantes de Teruel, tonta ella tonto él, a los mortales amores
de Romeo y Julieta, o el picha brava de don Juan asaltando conventos con escala
y nocturnidad.
Pero un sentimiento tan complejo por fuerza presenta facetas
desconocidas todavía, y aquí está la ciencia bizarra para descubrirlas. El
doctor Mark Wood, de la universidad de Exeter, lidera un estudio que defiende
que el sulfuro de hidrógeno en dosis moderadas ayuda en la prevención del
cáncer y cardiopatías. El único problema es que el tal sulfuro se encuentra en
los que pedestremente conocemos como pedos. Así, en dosis controladas, atufar
diariamente a quien entregaste tu corazón hará su corazón más sano. Uno de los
motivos que envenenaba a muchas parejas se desvanecerá como los cuescos
generados por un copioso plato de alubias.
Gracias a tan puntera y aromática investigación superaremos
el cínico aforismo de Maupassant, que afirmaba que el matrimonio no es más que
un intercambio de malos humores durante el día y malos olores durante la noche.
Las flatulencias dejarán de ser un flagelo y su serena degustación unirá tanto
como el destino, las flechas de Cupido o la hipoteca. Y al que no le guste
siempre le quedará la opción de gozar de sus propias ventosidades, uno de los
pocos placeres solitarios que nos quedan.
Etiquetas:
ciencia
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