martes, 5 de mayo de 2009

Il cavalieri cabalga de nuevo

Cuanto nos queda todavía que aprender del genio italiano. Años de ventaja nos llevan. En un acto de realismo político han puesto al frente del país a un empresario, nada de hacer el paripé como aquí que gobiernan desde la sombra. Además el señor Silvio Berlusconi lo mismo te canta una napolitana que te monta una red de tráfico de influencias con el mismo arte.

Su última salida de tiesto se produjo cuando decidió calentar las elecciones a esa entelequia que es el parlamento europeo metiendo en la lista a 25 ragazzas cuyo principal activo político es que estaban todas de toma pan y moja. Juntó unas cuantas actrices, bailarinas televisivas y hasta una concursante del Gran Fratelo, les dio un cursillo acelerado sobre lo que es izquierda y derecha, para qué vale la ONU y la OTAN, por donde cae Estrasburgo y a triunfar. Lástima que Il cavalieri no contara con el carácter de su esposa, que se ha despachado ante los medios de comunicación tachando la lista de impúdica. Acosado por todas partes nuestro visionario ha plegado velas y solo ha dejado en la lista a tres bellezas, las únicas que tenían algunas luces.

Una gran pérdida sin duda para la historia del parlamentarismo, el hemiciclo europeo convertido en el confesionario de Gran Hermano, con piezas oratorias de la grandeza de “o sea, que a mí el que me busca me encuentra, que yo soy así, que digo las cosas como son y la ley que ha presentado el alemán ese es una mierda, y punto” Se harían debates sectoriales sobre fondos de armario, complementos y peluquería creativa. Sin descuidar plenos monográficos sobre depilación y avances de temporada.

Por lo menos algún que otro trasalpino iba a tener una erección a la hora de elegir y eso es lo que iba a salir ganando. Por aquí en cambio se hace bastante difícil ese tipo de reacciones con candidatos como Mayor Oreja, que tiene el mismo sex appleal que el monstruo de las galletas. Así que tendremos que seguir tirando de Private para cascárnosla, que con lo que salga elegido para representar a la soberanía popular nos vamos a comer los mocos. Pero la iniciativa de Berlusconi tiene mucho futuro pues quien más quien menos quiere que el que se los vaya a follar (políticamente) por lo menos esté follable.

jueves, 30 de abril de 2009

Los espías de su graciosa majestad

El jefe de la división antiterrorista de Scotland Yard, el lince de Bob Quick, fue el otro día a informar al primer ministro sobre una redada que pensaba emprender contra unos moros muy malos. En el más depurado estilo Bond, sobre todo en lo del trasiego de martinis agitados, provocó un buen revuelo al salir del coche cuando acudía a la reunión con los papeles de la operación bajo el brazo para que pudieran ser fotografiados con nitidez hasta con móviles de medio megapixel. Tuvieron que trincar a los yihadistas de prisa y corriendo ante el temor de que se enteraran en el telediario de su próxima detención.

Ahora nos vienen con que una espía inglesa olvidó en un coche en Bogotá el bolso con un lápiz de memoria repleto de datos sobre todas las operaciones encubiertas del M16 en Sudamérica. Igual creen que es simple incompetencia pero no hizo más que seguir las normas básicas del oficio, que ya decía Poe que para esconder algo lo mejor es dejarlo a la vista de todos.

Y pensar que hubo una época, a dios gracias ya lejana, en que el homo britanicus dominaba la tierra. Pero desde la segunda guerra mundial para acá no dan una a derechas. Empezaron perdiendo el imperio y acabaron perdiendo los papeles. Y ahora no pueden correr en su auxilio Miss Marple que hace tiempo que cría malvas o Sherlock Holmes, discretamente retirado en una granja de proyecto hombre en un recoleto paraje de la campiña inglesa.

Como la gente andará acojonada viendo en manos de quien está su seguridad recomendamos medidas de choque, entre ellas poner al frente de los servicios de espionaje al príncipe Carlos, que tiempo tiene de sobra y con esos pabellones auditivos no se le escapa susurro en kilómetros a la redonda.

sábado, 25 de abril de 2009

Sé tú mismo con El Elefante y Varón Dandy

Vuelve el hombre de verdad, sin aditivos ni conservantes, el de pelo en pecho y mear en pared. Gayeteros y metrosexuales están huidos o recluidos en los putiferios de Tele5. Ya no es tendencia entre machos las cremas anti arrugas para el cutis, mascarillas capilares a base de diente de hiena molido, vitaminas de comino contra la barriguita, crema exfoliante para el culo y depilarse hasta los dedos de los pies.

Vacíen todas las baldas de cuarto de baño de caros e inútiles potingues y recurran a los métodos tradicionales, testados por hombres reales. Su neceser solo necesita un rollo de papel higiénico El Elefante (no limpia pero extiende) y Varón Dandy (mejor a granel que en botella de litro)

La mítica fragancia a base de almizcle y esencia de pimiento choricero es la loción ideal para cualquier circunstancia. Antes del afeitado atempera su olor animal, después del afeitado (en seco y con una cuchilla oxidada, no como el mariquita de Beckham con cinco hojas para cuatro pelos) marca el territorio con su recio aroma y en todo momento cuando necesite revolucionar las feromonas de una hembra.

Otro clásico de la higiene íntima es el rollo de papel El Elefante y su inconfundible color marrón camuflaje. Lo mismo vale para asearse tras unas aguas mayores que como dietario o para envolver el bocata. Su tacto inimitable, la pátina grasienta sobre la que fluye con igual soltura cualquier fluido corporal que la más lustrosa estilográfica, su resistencia que lo hace ideal para papel de regalo, todo en él son ventajas y a precios sin competencia. En círculos editoriales se baraja la posibilidad de que el próximo libro de Risto Mejide se imprima en tan sólido soporte.

Esto es lo que usa el macho macho man de hoy. Naturalidad y sobriedad. Dos gotitas de Varón Dandy y no sabrán a qué huelen las nubes porque huirán a su paso.



lunes, 20 de abril de 2009

Inteligencia musical

Si señores, vamos a hablar de inteligencia musical, no de la emocional con la que justificamos cualquier tipo de jugarreta. Virgil Griffith, estudiante del California Institute of Technology ha cotejado los gustos musicales de unos cuantos estudiantes con las notas obtenidas en lo que sería la selectividad USA. Los resultados son de lo más sustancioso.

Los más cortitos, los que menos calificación sacaron, se machacan los tímpanos a base de Beyonce, Justin Timberlake o el reggaetón. Los de nota normalita optan por la mediocridad: Eagles, Jimi Hendrix, Norah Jones o Elton John. Y los de buena nota se lo hacen con Radiohead, U2 o Dylan, y ya en la cumbre Beethoven, que parece ser el único autor clásico que conocen los mozalbetes de Kansas o Illinois. Adjuntamos gráfico para que sitúen a toda la fauna musical.

El asunto ahora es cómo trasladaríamos los resultados del estudio a un contexto tan cerril como el cotarro musical español. Los que aprobaron por los pelos, dando el cambiazo o con chuletas la selectividad acaso son los que llenan los conciertos de Mojinos Escocidos o llegan hasta el paroxismo con los molinetes de Bisbal. Algún tipo de inteligencia tendrán, aunque sea alienígena, las huestes de las verbenas de Mago de Oz, además de los del reggaetón, que ha venido para quedarse.

Como la medianía y la vulgaridad suelen ir al alimón, los que pasaron holgados el examen pero nunca han tenido ni tiempo ni gusto para dedicar a la música compran clásicos populares tal que los llorones de Los Secretos o Manolo García y amantes bandidos como Bosé o Alejandro Sanz. Los que están a la última flipan con La quinta estación, tan empalagosos como un burrito de leche merengada, el pop sobado de Pignois o El canto del loco, ideal para usuarios de birras 0,0, Amaral y su lirismo de suplemento dominical, o ya para los que buscan alimento espiritual para su alma trascendente los atemporales Mecano (a quien no le ha entrado la risa tonta con versos tan apabullantes como “entre el cielo y el suelo hay algo/ con tendencia a quedarse calvo")

Y qué escucha la élite. Selecta música de cantautores tal que Amancio Prada y Vainica Doble, grupos indis del palo de Los Planetas, Manos de Topo, La Bien Querida o en clásico los imperecederos Debussy o Stravinsky pensarán ustedes. Pues no, que aquí el coeficiente intelectual no garantiza el buen gusto y quitando algún estirado de tránsito lento la peña da rienda suelta a su vena trash con la audición de La Prohibida, Las Supremas de Móstoles o La oreja de Van Gogh. Y ya en plan serio se decantan por la zarzuela, que donde esté Gigantes y cabezudos y La del soto del parral se quiten todas esas sinfonías y suites tan pesadas.

Para acabar con buen sabor de boca les dejamos con un tema que suponemos alcanzará su consenso independientemente del número de neuronas que tengan en activo. Ahora que el productor de la maravillosa canción, Phil Spector, va camino de acabar sus días entre rejas y que la cantante Stelle Benet nos ha dejado es hora de escuchar de nuevo Be my baby de las Ronettes. Ella se ha ido pero no sus canciones.

miércoles, 15 de abril de 2009

Rajoy en su salsa

Bienvenidos, queridos televidentes, al programa estrella de Ventorrillo Televisión, A solas con Sonsoles. Después de la emocionante final de las series mundiales del campeonato de brisca, pasamos a entrevistar a una figura política de primera línea como es D. Mariano Rajoy, al que agradecernos su amabilidad por acompañarnos.

Mariano Rajoy: Desde luego no podía rehusar el placer de estar a su lado.

Sonsoles: El gusto es mío. La ciudadanía está muy interesada en saber qué es lo que desayuna.

R: Pues mire usted, cuando estaba en Galicia yo era de los de desayuno tradicional, una copita de orujo con una madalena, pero desde que vine a Madrid me decanto más por las porras con chocolate.

S: ¿Y no es partidario del desayuno continental?

R: Hombre, que quiere que le diga, con el debido respeto a mi me parece propio de flojos de pantalón, pero allá cada uno.

S: ¿Y a media mañana qué toma de tentempié?

R: También en eso he cambiado, que en la anterior legislatura seguía el estilo COPE, pincho de tortilla y caña, y ahora soy más de cortado con chorrito de orujo y tapa de callos.

S: Bueno, suponemos que por su trabajo comerá a menudo fuera de casa, ¿Dónde suele hacerlo?

R: Pues donde me pille. En la calle Génova, al lado de la sede del PP, hay un chino muy apañado de precio.

S: No me imagino al comité ejecutivo en pleno en el chino.

R: Pues imagíneselo que con la crisis hay que apretarse el cinturón.

S: ¿Y qué opina de que Pepiño Blanco vaya a restaurantes de 150 euros el cubierto?

R: Pues que es un ejemplo de cuanto trepa hay en el PSOE. Y lo peor no es el precio sino que Pepiño no distingue el don Simón del Dom Perignon, que no se hizo la miel para la boca del asno.

S: ¿Cuál es su opinión sobre la comida rápida?

R: Como buen gallego es momento de reivindicar para a nosa terra la invención de esta modalidad gastronómica, que no hay nada más rápido y nutritivo que una buena ración de empanada de berberechos o un bocadillo de morros de cerdo, por ponerle dos ejemplos.

S: ¿Y qué tal se baldea entre los fogones?

R: Hago mis pinitos cuando puedo. La zarzuela de marisco, la langosta thermidor o el bogavante con arroz no me quedan mal. El otro día en casa, en una reunión informal con Soraya y Dolores puse unas mollejas garrapiñadas a la pimienta de chuparse los dedos, aunque a la hora de irse las vi un poco coloradas, no sé, igual el aire acondicionado.

S: ¿Qué opinión le merece la alta cocina?

R: Estamos en un momento en que la alta cocina española vive una proyección internacional que la sitúa por delante de la italiana y la francesa. Lo que resulta intolerable es que la incompetencia del gobierno socialista nos impida colocarnos como líderes mundiales del sector. Ya estamos a la cabeza en técnicas como el escalfado de huevos o el escabechado de perdices, pero en nuestro programa electoral vamos a colocar como objetivo irrenunciable para mantener nuestra competitividad el flameado de suflés o la deconstrucción de los huevos con chorizo.

S: Y ya para finalizar, ¿cuál sería su receta contra la crisis?

R: Pues contención en el gasto, cual si no. En este país llevamos mucho tiempo viviendo por encima de nuestras posibilidades. Es el momento de apelar a la moderación y sobriedad en la cesta de la compra y volver a echar mano de todos esos platos que han hecho de nosotros lo que somos: la olla podrida, el cocido maragato, la fabada, el cocidito madrileño, el pan tumaca: platos austeros pero con sustancia que llenan el estómago y no vacían las bolsas.