Uno de los tópicos de la ciencia ficción clásica era la deshumanización de la vida
producida por la hipertecnificación. Un futuro plagado
de máquinas haría de las personas simples engranajes en una inmensa estructura sin alma
ni sentimientos ni nada que se le pareciera. Hoy traemos la prueba de que las máquinas pueden ayudar al hombre a librarse de sus pasiones, y de paso de
sus semejantes. Se ha presentado en Japón el VR
Tenga, un gadget provisto de unas gafas de realidad virtual donde puedes ver
escenas eróticas mientras metes la verga en un aparato que simula una vagina y vas
bombeando a discreción.
Con este sistema todo
son ventajas: ningún contratiempo profiláctico ni problema de rechazo, y sobre todo, ninguna necesidad de
interactuar con personas del otro o mismo sexo. Por fin el hombre será autosuficiente y vivirá completamente de
espaldas a sus semejantes, con los que en caso de necesidad podrá comunicarse por las redes sociales. No es casualidad que el VR Tenga
aparezca en Japón, tierra de mechas y demás robotijos, donde la
mayoría de la población sigue virgen al
cumplir los treinta. Con este nuevo juguetito pueden llegar a la jubilación sin conocer hembra bíblicamente más que virtualmente.
El futuro está cada vez más cerca, pero el VR Tenga llegará al establecimiento de abajo de su casa en el 2030 como poco, así que no van a poder regalárselo para San Valentín. Mientras tanto sigan
recurriendo a los métodos tradicionales que están más que contrastados, y no descarten la posibilidad de interactuar con
otra de su especie, que les puede resultar más
gratificante.