lunes, 30 de junio de 2014

Vacaciones siderales



Un año más nos obligan a tomarnos un descanso estival para no aburrir a nuestros lectores cuando más aprietan los calores. Quemados de la playa, hastiados del monte, enemigos de retiros espirituales y refractarios a la contemplación de pedruscos milenarios, dimos por casualidad con la agencia de viajes La Estrella Renqueante, pionera en esto del turismo sideral. 
Por un módico precio hemos sacado pasaje en el crucero espacial Nostromo rumbo a una estrella sita por los alrededores de Alfa Centauro, según se llega a la izquierda. Nuestro objetivo es un planetoide llamado 100-P2, destino de moda entre todo viajero que presuma de estar en la onda. Allí la diversión está asegurada, con quince amaneceres con sus puestas de sol cada veinticuatro horas, mares de lava virgen, cataratas de magnesio, además de diarias lluvias de meteoritos. 
La vanguardia artística de media galaxia se da cita en 100-P2. Las greguerías a base de vidrio soplado  en el vacío cuántico o la creación de trampantojos con  pistones de motores de iones reciclados son las tendencias a seguir esta temporada. Las más prestigiosas inteligencias artificiales han confirmado su asistencia a seminarios, simposios, cónclaves y cenáculos de todo tipo en los que se debatirá la viabilidad de  los cerebros basados en el carbono. Como representantes de ese tipo de inteligencia esperamos estar a la altura de las circunstancias, aunque nuestra principal preocupación es la de tomar baños de rayos ultravioletas para atajar nuestra dermatitis y hacer uso de la famosa piedra pómez del lugar para deshacernos de callos y durezas. Para que se hagan una idea del ambiente que se respira por allí les ofrecemos el último vídeo de Los Pilotos. 
Por lo tanto, deseamos unas felices vacaciones a todos nuestros lectores. Gracias por estar ahí. Hasta setiembre. 

lunes, 23 de junio de 2014

Game over

Una de las galaxias en expansión del universo friki es la de los fans de los videojuegos, o gamers, que en inglés suena más molón. Pulgares afilados y ojos como platos son sus señas de identidad, pero a la hora de ponerse ante la pantalla hay gustos y juegos para todos. Unos echan una partidita en el móvil con los pajarracos cabreados de Angry Birds mientras hacen la cola en la caja de Carrefour y poco más. Los profesionales se hacen con la última consola o  un ordenador con una tarjeta gráfica que vomita imágenes de realidades paralelas donde ir de masacre en masacre como en Call of Duty y otros de tal pelaje. Y después están los que les tira  la retro tecnología, que se han quedado anclados en alguna fecha del pasado cercano. Son los amantes de los Arcade, los primitivos videojuegos que llenaban bares y salas recreativas en los ochenta y noventa y que tantas monedas de cinco duros se tragaron. 
Reader Player One es una novela de Ernest Cline que homenajea a los juegos de los ochenta y a la cultura popular de la época. En un futuro decadente e infecto la gente huye de la cruda realidad escondiéndose en un mundo virtual en el que pueden desarrollar potencialidades impensables en las caravanas apiladas en las que sobreviven. El inventor y dueño de ese mundo alternativo al morir propone un juego cuyo premio será el hacerse con  su creación. La gran prueba requiere un profundo conocimiento de los videojuegos antiguos. Una historia para pasar el rato, bastante mal escrita, como es propio del género, y fácil de olvidar. Pero hay lectores a los que le ha cambiado la vida, como al neoyorquino Chris Kooluris, que desde la leyó decidió convertir su departamento en una sala de juegos, con máquinas de Pac-man, Donkey Kong, Street Fighter II y demás. El antojo le salió por veinte seis mil dólares, entre la compra de las consolas y la decoración del piso. Lástima que su novia no estuviera de acuerdo con el revival ochentero y le dejara plantado con sus comecocos y su tetris. 
Chris se consuela quedando con sus colegas para echar unas partiditas. Aunque le gusta vivir entre pantallas de cuatro colores y sonidos de plástico, reconoce que a veces echa de menos a su churri. Podía intentarlo con alguna de las bizarras guerreras del Street Fighter, porque en ese ambiente poco más va a pillar. Y si no que  venda toda esa quincalla y se compre una Xbox, que ocupa menos y no espanta a las chicas.

lunes, 16 de junio de 2014

Froilán I

La abdicación de nuestro querido monarca don Juan Carlos I es un hecho histórico que nos coloca ante una nueva era. Por grandes y gloriosos que hayan sido los años de su reinado, el tiempo pasa por igual para todos, sean reyes o  villanos, y es llegada la hora de ceder el real testigo. Pero la amplitud de miras y el sentido de estado que se encierran en el acto de la abdicación y la próxima exaltación al trono de Felipe no puede empañar el hecho de que el sucesor no es la mejor opción para asegurar la perpetuación de la monarquía. 
A nadie se le escapa que el futuro Felipe VI es un pan sin sal con el mismo carisma que un cenicero. Tipo envarado y mortecino,  levanta olas de bostezos. Además, se ha pasado por el arco de triunfo la norma según la cual la nobleza solo utilizará a las hembras del pueblo llano para folgar con ellas y no para desposarlas. La plebeya arribista a la que se ha arrimado es una carga de profundidad para la institución monárquica. Forman una pareja aséptica y carente de empatía, ajena al pálpito de la calle, y bañada en el decadente glamour del desleído papel couché 
Por todo ello consideramos que Felipe y Leticia hundirían la corona en seis meses. Ante esta coyuntura proponemos para regentar la jefatura del estado a Froilán, hijo mayor de la hija mayor del rey, que encarna a la perfección los valores tradicionales de su familia y su país. 
Como gran parte de los españoles en edad escolar, Froilán es víctima de la errática política educativa que padecemos. Su fracaso escolar estrechará lazos con gran parte de sus súbditos que están en parecida situación. Su desparpajo natural resultará de gran ayuda para camelar jeques o al sátrapa de turno, pegar pelotazos y firmar multimillonarios contratos sobre la espalda de lumis de lujo. Su gatillo fácil es ideal para cacerías y desfiles, y para poner firme a cualquier vasallo díscolo. Su trabajo de relaciones públicas en el Joy Eslava le pone en contacto con la inteligentzia del país, los sectores rectores del futuro. No descartamos que se produzca un acercamiento a figuras de la cultura del calibre de Paquirrín. 
Verán que a pesar de su juventud su acrisolado bagaje vital le convierten en digno heredero al trono. Y no dudamos que conforme avance su reinado irá adquiriendo las prendas que adornaron a sus ilustres predecesores. Seguro que con el tiempo llegará a ser un calzonazos como Carlos IV, hacerse tan indeseable como Fernando VII, pasarse por la piedra a medio gobierno tal que Isabel II, ser un tísico melífluo a la manera de Alfonso XII, usar el país como si de su cortijo se tratara igual que Alfonso XIII, o andar de cama en cama como su bisabuelo y su abuelo. 
Con estas mimbres seremos consecuentes con la tradición y pondremos el estado en manos de aquel que en verdad sintoniza con los anhelos de su pueblo. Con Froilán I  España se convertirá por fin en una monarquía bananera, la mejor forma de estado para un país como éste.

lunes, 9 de junio de 2014

Falete soltando lastre

Ha caído el último reducto de la belleza alternativa. Nuestro carnal Falete va a cortar por lo sano, el magro coplista se rinde a la tiranía de la moda y dejará de lado unos cincuenta kilos que le sobran para lucir la fina estampa que demanda la tiránica estética dominante. Las malas lenguas culpan a su actual pareja, el afamado compositor puertorriqueño Omar Dalí, de ponerle a pan y agua y obligarle a pasar por el quirófano, pero quizás su papichulo esté cansado de maniobrar en la cama entre tanto michelín.
La empresa de meter mano a Falete no está al alcance de cualquiera. Para un caso como éste se ha recurrido al mejor, nada menos que a Manuel Tafalla. En su historial cuenta con la gran proeza de haber reconstruido por segunda vez la nariz de Belén Esteban. Para redimensionar el body de Falete utilizará técnicas nunca antes vistas por aquí, como es la lipoescultura, importada directamente de Colombia. Esta vez sí que se le van a abrir las carnes a nuestra faraona, pues le  quitarán doce litros doce de grasa. Y su via crucis no acaba aquí, luego dieta espartana y ejercicio duro, nada de dar saltitos en la piscina. El lote incluye también unas sesiones de terapia para desengancharle de su adicción a las palmeras de chocolate y si hiciera falta, le graparían el estómago para reducir el saque que tiene.
Mucho nos tememos que tras este calvario no quede nada del gran Falete que todos admiramos. Sería triste verle luciendo un tipito de palo de escoba como la Leticia, solo una sombra de lo que fue bajo una bata de cola. Y confiemos en que la prodigiosa voz de este artista de una pieza no merme al perder gran parte de su caja de resonancia. Pero como su metamorfosis tenga éxito, no tardaremos en verle anunciando yogures desnatados y cereales ricos en fibra. La macarena nos libre de semejante visión. 

lunes, 2 de junio de 2014

Oficios para el recuerdo





La actividad eremítica es una de tantas formas de perder el tiempo a la que te metes por vocación, pues la búsqueda de lo absoluto bajo un cerro pelado o en lo más recóndito del desierto nunca puede estar bien pagado, al menos desde el punto de vista material. Quedan lejos los gloriosos tiempos en que ascetas como Simón el Estilista pasara treinta y siete años encaramado a una columna para espiar sus pecados y de paso atisbar la venida del altísimo. Otros, en cambio, bien por vértigo a por apego a la tierra, se parapetaban al fondo de lóbregas cuevas a la espera de los cuatro jinetes del apocalipsis. A la iglesia organizada nunca le gustaron estos tipos que iban por libre sin más disciplina que el cilicio y las privaciones, pero con el paso de los siglos los fue domesticando. Hoy en día poca guerra dan, hasta el punto que es difícil cubrir las vacantes de los cuatro puestos que quedan.
En Solothurn, Suiza, el ayuntamiento busca una persona idealista, religiosa y que le guste el trato con la gente para trabajar de ermitaño por ochocientos veinte euros al mes, casa y comida aparte. El puesto de trabajo estaría en la ermita de Santa Verena, el lugar más visitado de todo el municipio. El candidato, aparte de meditar sobre la mácula que representa para el género humano el pecado original o cómo la gracia de dios condiciona nuestro libre albedrío, tendría que satisfacer la curiosidad de los visitantes, mantener las instalaciones y ayudar en bodas y bautizos.
El que esté pensando en huir del mundanal ruido y dedicarse a la descansada vida con este trabajo que se vaya olvidando. El anterior ermitaño dejó el trabajo por estrés. Si antiguamente la principal causa de muerte en este gremio era el aburrimiento, ahora parece que viven a tumba abierta.
Vista las responsabilidades del futuro ermitaño el sueldo nos parece bastante magro, sobre todo para la rica Suiza. Quizás se deje notar en la nómina el ascetismo inherente al cargo, o no han renovado el convenio colectivo desde el siglo XV. Si no tienen nada mejor que hacer pueden mandar su currículo. También sería la tapadera perfecta para algún testaferro del PP o cualquier otro dirigente popular con cuenta en la confederación helvética. A la par que vigila de cerca su dinero en esta vida gana puntos para la otra. Salvará su alma y su cuenta corriente de una sola tacada.