lunes, 15 de octubre de 2012

El chacachá del tren

Negro es negro por Edika

Desde que la alta velocidad campa por las vías férreas el viaje en tren ha perdido parte de su encanto. Escenas como ésta en que hombres y mujeres (y ocasionalmente algún semoviente) de procedencia dispar y fines a veces divergentes, por unas horas compartían estación de destino mientras intercambiaban viandas y miradas, hablaban de la aurora boreal o de la hija de don Juan Alba que quiere meterse monja, han dado paso al aséptico acarreo de personas. Porque hoy ya no se viaja en tren, se ha convertido en un triste y anónimo viaje  en metro, pero superficial.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y bien que lo echo de menos. Gran parte de mis viajes a lo largo y ancho del país fueron en tren, y tiene usted toda la razón: la última vez subí en el AVE de Madrid a Zaragoza y ya no es lo mismo.
Muy aséptico todo. Hasta los que viajan en él.

Chafardero dijo...

@ Rick
menos los precios, que son de lujuria