lunes, 3 de octubre de 2011

El fin del apartheid


Por si no siguen la actualidad minuto a minuto, les informamos que el apartheid en Sudáfrica lleva tiempo sin vigor. La minoría blanca cedió el poder a la mayoría negra, aunque los pobres y los ricos siguieron siendo los mismos. De ser la vergüenza de la humanidad pasaron a ser un respetable miembro más en el concierto de las naciones. El antaño sedicioso Nelson Mandela brilla en su papel de patriarca de camisas multicolores, y la forofada de la roja mira a ese lejano país con lágrimas en los ojos.
Un nuevo estudio, tan científico como bizarro, viene a insistir en que las antiguas barreras han desaparecido por completo. Parece que las preferencias de los hombres en la punta sur del continente, sean cafres o caucásicos, negros o blancos, son las mismas: a todos les van las negras con generosa delantera y culos prietos. Están todos de acuerdo en ponerse a la sombra de una exuberante diosa de ébano que al sol junto a una paliducha y escuálida europea. Ya se ve que la entrepierna ayuda a igualar las sociedades. Hace unos años Tom Sharpe en su novela Exhibición impúdica adelantaba que los gustos sexuales de los blancos, ya fueran de ascendencia boer o británica, iban por ese camino, pero ahora tenemos la confirmación científica.
Siguiendo con la actualidad sexual sudafricana, hace poco un juez ha dado la razón al gobierno, que ha devuelto a China un cargamento de once millones de condones. La razón es clara: son pequeños. Parece que el tamaño sí importa. Pudiera ser que los negros no la sepan meter, o que las instrucciones estuvieran en mandarín. Tampoco sabemos si la minoría blanca tenía ese problema. Lo que sí está claro es que las diferencias entre Sudáfrica y China son más de las que en principio podíamos imaginar.  No nos extrañaría nada que los condones devueltos acabaran en la cadena de bazares chinos que tenemos. Aquí seguro que hay más de uno que consigue enfundárselos sin problemas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Si es que los básicos y primitivos seres humanos del sexo masculino somos más simples que el mecanismo de un chupete: que haya donde agarrar, esa es la premisa.

Luis Cóngrio dijo...

Sin problemas. Que nos manden a las pálidas rubias, que ya les encontraremos alguna utilidad por aquí a los pequeños condones chinos, que algunas hembras tienen unos clítoris enormes.
Grande Tom Sharpe, particularmente en sus dos libros de Sudáfrica

Poyatos dijo...

Vaya, realmente curioso tu estudio sobre la transmutación de los gustos paradigmáticos de los potenciales forniciadores indoeuropeos.

muy bonito tu diseño nuevo. parece de postal de Benidorm, primeros setenta. aah, los paraísos perdidos! que dijo Milton, el de la broma en el patio del recreo: " quieres probar el Método Milton? Tú te agachas y yo te la Milton".

albricias y gargarismos!!

Chafardero dijo...

@Paseante
En este caso, tanto negros como blancos son igual de primitivos. Los amarillos ya no lo tengo tan claro

Chafardero dijo...

@ Luis Congrio:
Totalmente de acuerdo. Con lo que les sobra algunos nos pondríamos las botas.

Chafardero dijo...

@Poyatos:
Benidorm años 70 es un momento irrepetible en la historia de la cultura. Que este blog sea un pálido reflejo es un honor.
Me alegra saberte tan experto en el método Milton.