lunes, 14 de marzo de 2011

Perdone que levante el codo


El amigo Petra Dimitru fue un parrandero toda su vida, y muerto no quiere cambiar de costumbres. Por lo tanto, dispuso que en el cementerio dando le habían de enterrar, su lápida luciera una fotografía en una postura en la que había pasado muchas horas de su vida: empinando el codo. Al cura de su pueblo, allá en Rumanía, no le parece una forma seria de yacer, que una cosa es beber vino en misa y otra en el cementerio, y quiere quitar la foto por irrespetuosa.
Si hasta el mismo San Juan de la Cruz creía que los buenos vinos eran emisiones de bálsamo divino, no sabemos por qué no dejan descansar en paz a tan fiel escanciador. Quizás, para evitar la eterna censura eclesiástica, tendría que haber seguido la canción popular: ser enterrado en una bodega, al pie de una cuba y con un grano de uva en el paladar. Pero se tuvo que conformar con el apaño que le hizo el cuñado en el photoshop, donde aparece con sus dos grandes amores, el vino y su mujer, por este orden.
Bienvenido sea, entre tanto retrato con boato,  uno con botella. Y seguro que algún que otro vecino de panteón mira con envidia al bueno de Petra, que con lo larga que es la eternidad, cruzarla a palo seco es muy difícil.

6 comentarios:

Capazorros dijo...

¡A la salud del amigo Petra!¡Hip!

Chafardero dijo...

@ Capazorros:
Seguro que está ahora mismo dándole al tema

Luis Cóngrio dijo...

Si he de poner una foto en mi tumba en la que se me reconozca, no hace falta que se vea la botella: con mis ojos achispados y la sonrisa estándar cuatro de la mañana –exaltación de la amistad-, será suficiente.

Chafardero dijo...

@ Luis Congrio:
Yo pondré la que tengo cuando era monaguillo y el cura nos daba vino de misa, que creo que eso no es pecado.

PiroMiguel dijo...

Se de más de uno que no cabría en la foto con todas las botellas de bebidas que le gustan...

Chafardero dijo...

@ PiroMiguel:
A ver si me vas a montar al final un botellón en pleno campo santo!!