lunes, 28 de diciembre de 2009

Dos de coca y uno de viagra

camellos ofertan gramo gratis de viagra por cada dos coca



Al ya duro trajín al que nos somete la vida diaria se añade el de estas entrañables fiestas. Cenas de empresa en las que se sublima el espíritu corporativo a la par que se exalta la habilidad del jefe para contar chistes de leperos. Comidas familiares con la suegra enfrente contando sus rifirrafes con el carnicero y el cuñado del Atleti al lado intentando hacerse el harakiri con el cuchillo del pescado. O tomarse unas cañas con esos amigos de toda la vida que hace media vida que no ves, donde acabáis discutiendo sobre las posibilidades que ofrecen los mercados emergentes para los mondadientes planos. Y además hay que cumplir con la parienta y con la amante, y luego en el puti  dejar la bandera bien alta.
Todo esto requiere una fuerza y energía que por muchas alubias y Activias que te metas no vas a conseguir. Conscientes de la difícil tesitura en que se haya el hombre de hoy para cumplir en todos los frentes que tiene abiertos, una asociación de comerciantes en sustancias estimulantes sita en Barcelona ha ideado la solución perfecta para energizar a su clientela: por cada dos gramos de coca que adquieran obtendrán gratis total uno de viagra.
Con este combo de sustancias podrás pasarte por la piedra a toda la plantilla del burdel mientras redactas un memorándum para tu jefe con los mejores chistes de gangosos y compras por internet alguna eau para tu  mujer. Estarás a la altura tanto en la cama como en la barra del bar, cerrarás la boca a la suegra con digresiones de dos mil palabras por minuto sobre técnicas chacineras, y mientras sacan los turrones y polvorones le darás un repaso a la prima medio beata de Burgos que ha venido a pasar las navidades a casa.
Lástima que la fuerzas del orden, ese mal para la gente de bien, hayan cerrado el negocio por contravenir quien sabe qué artículo. Otra vez tendremos que recurrir a los métodos tradicionales para sobredimensionarnos, mezclar speed con Soberano,  aspirinas con Codorniu o cosas peores, en vez de gozar de los avances de la farmacopea de vanguardia.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, siempre queda la opción B: fingir una grave dolencia, meterse en la cama y esperar que pase todo.

Chafardero dijo...

Un plan muy propio de tu buen amigo Proust. Yo, si es bien acompañado, me apunto.

noveldaytantos dijo...

Hace poco se dio un caso muy curioso. Un tipo empezó a consumir Viagra y dice que estaba superpotente, que jamás había estado mejor. Los mejores polvos de su vida, vaya.
El caso es que al poco se descubrió que esas pastillas eran falsas, es decir, que te estimulaban tanto como un sandwich de cemento.
Hay que ver qué cosas pasan...

Chafardero dijo...

Así que el efecto placebo vale también para las llamadas disfunciones eréctiles