martes, 25 de septiembre de 2007

Richard & René


Este domingo Richard Gere ha recibido el premio Donostia por toda su carrera, y allí enviamos a René Champiñac para que consiguiera una interviú. Debido a un problema de última hora con las acreditaciones, no pudo acceder a la zona vip, pero eso no fue cortapisa para nuestro hombre, siempre sobrado de recursos. Rápidamente se hizo con un uniforme de botones del hotel Maria Cristina, y conocedor de la debilidad que siente Richard por la purrusalda, se presento en la puerta de la habitación con un humeante plato, cortesía de la casa. La estratagema le abrió la puerta y la voluntad de la estrella, que mientras daba cuenta de la manduca, no tuvo inconveniente en responder a las cuestiones planteadas por René, todas de mucho fuste, como si prefería el tinto o el claro con la purrusalda, respondiendo Gere que el siempre la tomaba con Chateau Poireau del 64, vino con personalidad, áspero y afrutado a la vez, que deja en la boca un sabor a bosque, a naturaleza, mientras el matiz a madera de roble le recordaba el cartesianismo vitivinícola.

Como se dejó convencer para venir a un festival habitualmente tan huérfano de famosos, sobre todo americanos, es algo que intrigaba a René, pero Richard le explicó que es un gran seguidor de Versión Española, y que aquí tenía la posibilidad de conocer a Cayetana, mujer a la que admira por su desenvoltura ante la cámara, y con la que estaría dispuesto a hacer la segunda parte de Pretty Woman. Además, Aitana, que le entregó el premio, es una vieja conocida. Hace años coincidieron en unas lavativas espirituales en el Tibet, bajo la dirección del gurú Lavama Nho, y desde aquel encuentro, sus karmas reverberan en la misma longitud de onda.

¿Cual es tu secreto con las mujeres, Richard? -Es sencillo, René. Cuando están a punto de caramelo, les canto al oído I wanna be your boyfriend de los Ramones, y no hay ninguna que se resista.

Acabada la cena, se jugaron el café a los chinos, que pagó René, mientras discutían sobre los grandes retos del séptimo arte para el siglo XXI, si Tom Cruisse usa calzas o cuantas entregas acabará teniendo Rocky. Como buena estrella, éste tiene la manía de beber te verde, y René tuvo que acompañarle en tan estrambótica libación, pero acabada la entrevista, se tomó tres gintonics para quitar el mal sabor de boca. Eso si, le dejó la dirección de su casa de Cienpozuelos, para que se pase por allí cuando quiera.

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