miércoles, 4 de julio de 2007

Afrodisio

La sensibilidad, el sentimiento, la ternura y el verso libre, el romanticismo y los alivios retóricos a la luz de la luna tienen su espacio en nuestro blog de la mano de Afrodisio Valdezate, voz personal como pocas, reflejo de un alma atormentada por las más hondas preocupaciones que un hombre puede cargar sobre si.

Nacido en una perdida pedanía de Soria, donde parece que las rocas sueñan, llamado a la república de las letras no más aprendió a escribir, recibido en la villa y corte como savia nueva, todo se vino abajo el día que saliendo del corte inglés cruzó sus ojos con Marieta, aquella por la que suspira. Amores atormentados muchos ha habido, pero como el de Afrodisio ninguno. Vaya por delante que la tal Marieta nunca se dio por enterada de la existencia de nuestro poeta, cuyo recato y discreción no le permitía más que una admiración distante a la espera de que ella cayera en la cuenta de que eran almas gemelas destinadas a ir de la mano por el sendero del destino . Pero claro, estas cosas llevan su tiempo, y en la espera desfallece. El seguro escritor de sonetos al trigo en primavera o de églogas a los anticuarios del rastro entró en crisis existencial y artística desque sus ojos con los de Marieta se cruzaron. Ningún endecasílabo era ya capaz de contener todo lo que en su pecho bulle, ni terceto encadenado que atine con las soledades que le atribulan al fondo de la barra del bar. Un amor tan absoluto requiere el romper con la retórica convencional y crear un lenguaje nuevo, tan inmaculado como la pálida tez de su amada. Y una noche, justo antes de echar el cierre en el Bar Carola, su cuartel general, dio fin al primer poema de su última época, “Ma-marieta que me ma-matas”, en el que experimenta radicalmente con la sintaxis, la morfología y la paciencia de sus lectores en vistas a llegar a la poesía total.

Total, que nadie entendió su propuesta, pero eso no fue óbice para nuestro autor que fue ampliando su obra dadaísta y que junto con su afición al sol y sombra, hizo más llevadera la espera hasta que el día en que su amada se le acerque y le diga: “¿me invitas a unos churritos, moreno?”

En Repámpanos tuvimos claro desde el principio que Afrodisio sería el encargado de la sección literaria, no solo por sus méritos como creador, sino por sus amplios conocimientos de poesía persa medieval, novela picaresca esquimal, haikus japoneses o lírica oral maragata. Y mientras vela el retrato de su amor, nos tendrá informados de cuantos certámenes líricos, juegos florales o justas poéticas de interés se celebren desde Cangas del Morrazo hasta Citruénigo

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